El mildiu arrasó un 20% de la cosecha de uva en la denominación Ribeira Sacra

La producción de las viñas amparadas por la denominación de origen Ribeira Sacra no llegará este año a los cinco millones de kilos, una cantidad que el consejo regulador consideraba necesaria para responder a la importante demanda que están generando los vinos etiquetados de esta zona en el mercado nacional e internacional. Gran parte de la culpa la tiene un viejo conocido de los viticultores, el mildiu, un hongo que ha arrasado sin piedad un 20 por ciento de la cosecha que se recogerá a mediados de septiembre.

Aunque los viticultores de la Ribeira Sacra están acostumbrados a pelearse con este enemigo, el presidente del consejo regulador, José Manuel Rodríguez, reconoció que la incidencia del mildiu en las viñas amparadas por la denominación de origen ha sido "excepcional" este año, porque el hongo ha encontrado un hábitat casi perfecto en las condiciones climáticas de las primeras semanas del mes de junio.

"A principios de junio y en algunas semanas de julio, se dieron las condiciones propicias para la reproducción de este hongo, que se extiende con mayor celeridad si se conjugan unos 20 grados de temperatura con un alto índice de humedad", explicó Rodríguez. Además, la plaga que atacó a las vides fue especialmente nociva, porque se trataba de la variedad "mildiu larvado", que en vez de atacar a las hojas de las cepas "va directamente a por los racimos".

Rodríguez precisó "que el hongo se manifiesta en los brotes y corta la principal arteria que alimenta al racimo", por lo que acaba por secar y no se salva ni una uva. "Estuvimos muy pendientes de la plaga e intentamos combatirla, pero aún así no pudimos evitar unas pérdidas importantes, que se valorarán cuando hagamos la vendimia", lamentó.

De hecho, aclaró que los tratamientos contra este hongo se aplican normalmente cada dos semanas, pero desde el principio del verano muchos viticultores los repitieron cada siete días, con la esperanza de evitar una merma excesiva en su cosecha. Por ello, el presidente del consejo regulador opina que las pérdidas "son dobles", porque al valor de los miles de kilos de uva perdidos habrá que sumarle el coste de los tratamientos, eso sin contar el esfuerzo ímprobo que realizaron algunos agricultores.

Con un 20% de la cosecha arrasada, es más que improbable que la producción en el territorio amparado por la denominación llegue a los cinco millones de kilos de uva. En todo caso, Rodríguez confía en que la cosecha no baje mucho de esa cantidad, porque de lo contrario será difícil para las bodegas cubrir la demanda de sus clientes.

"Estamos creciendo en ventas sobre un 20% interanual, por lo que necesitamos superar los seis millones de kilos para cubrir la demanda que nos está planteado el mercado", dijo el presidente del consejo. De hecho, subrayó que con una cosecha por debajo de los cinco millones "tendremos que beber más despacio para que nos llegue para todo el año".

Con respecto a la posibilidad de que esta situación provoque un encarecimiento de los vinos de la Ribeira Sacra, Rodríguez se mostró tajante: "tenemos consumidores muy fieles y nosotros queremos corresponderles". Por ello, asegura que el precio de los caldos etiquetados se mantendrá más o menos estable. "Si no hacemos rebajas cuando la cosecha es muy abundante, tampoco ahora que lo es menos vamos a aplicar subidas".

La vendimia comenzará, como es habitual, a mediados del mes de septiembre. La variedad preferente mencía, que por cierto aguanta mejor las embestidas del mildiu, volverá a representar la mayoría de la cosecha. Actualmente, hay 110 bodegas inscritas en el registro del consejo regulador, pero Rodríguez aclaró que algunas no elaboran vino todos los años.

Con respecto al precio de la uva, el presidente de Ribeira Sacra augura que se mantendrá "más o menos estable". A falta de que se inicien las negociaciones entre productores y bodegas, calcula que rondará los 1, 20 euros por kilo de uva.

Los vinos envejecidos en barrica acaparan el 3% de la producción

Los vinos envejecidos en barrica, una nueva variedad comercial que cuenta con el beneplácito de críticos y enólogos, ya representan un 3% de la producción de caldos de la denominación de origen. Rodríguez aclaró que hay más de 20 bodegas inscritas en el registro de la denominación que se dedican a elaborar este tipo de caldos, con el objetivo de cubrir un nuevo nicho de mercado.

"Estos vinos han alcanzado una valoración muy positiva por parte de los consumidores y de los críticos, lo que ha llevado a más de veinte bodegas a habilitar instalaciones adecuadas para ese tipo de producción", dijo el responsable del consejo. En todo caso, aunque los caldos envejecidos en barrica generan un mayor valor añadido, dado que su precio en los puntos de venta es sensiblemente superior, Rodríguez recordó que los gastos para elaborarlos son también mayores.

Las bodegas que se dedican a este tipo de producción "tienen que tener un parque importante de barricas y un espacio adecuado para tenerlas", dijo Rodríguez, quien también añadió que "esas instalaciones son muy costosas".

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