La Denominación de Origen de Ribeira Sacra cuenta con unas 2.000 hectáreas de viñedo que, por ejemplo, en la última vendimia, produjeron 7,1 millones de kilogramos de uva. Sin embargo, para una denominación emergente la producción todavía no es suficiente para abastecer la demanda del mercado y son muchas las bodegas que optan por hacer nuevas plantaciones o recuperar viñedos abandonados.
El caso más significativo es el de Rectoral de Amandi, que tiene en marcha una plantación en Campos de Vila (Quiroga) que ronda las 50 hectáreas de terreno. La bodega, la más grande de la denominación, vende tres millones de litros de vino al año y la idea es que los nuevos terrenos le permitan ir aumentando gradualmente esa cifra.
Otra bodega que apuesta firmemente por ampliar viñedo es Abadía da Cova (O Saviñao). Según uno de sus propietarios, Evaristo Rodríguez, en los últimos dos años, adecuaron seis hectáreas de viñedo en terrenos abandonados y la bodega compró otras dos hectáreas en producción.
