El legado del panadero Tomás Castro de Sarria

La Panadería Pallares de Sarria, cuyos orígenes se remontan a 1876 con su fundador, Tomás Castro, celebró este sábado un evento con degustaciones de empanadas y repostería gigantes con motivo de la conmemoración de su 140 aniversario ► El negocio familiar, además de persistir, cuenta hoy con dos museos
Recreación de una cantina tradicional en la Panadería Pallares
photo_camera Recreación de una cantina tradicional en la Panadería Pallares

EL NEGOCIO más longevo de la villa de Sarria, que este fin de semana cumple 140 años, es el establecimiento Panadería Pallares. Sus orígenes se remontan a 1876 con su fundador Tomás Castro, bisabuelo de la actual propietaria del local, Pilar García Piñeiro. Al fundador le siguió su hija María Castro, una mujer considerada heroína por el pueblo sarriano ya que fue un ejemplo de esfuerzo y dedicación en los tiempos difíciles de la posguerra, donde hacía lo que estuviese en sus manos para ofrecer un pan a cada familia. 

Pilar García es ya la cuarta generación de una saga de panaderos que lleva en el negocio más de 30 años junto a su marido, Javier Fernández Vilaro, con el que trabaja desde hace dos décadas. La ilusión que estos panaderos ponen en sus proyectos viene heredada de sus antepasados. En aquel entonces, la primera panadería que inauguró la familia Castro se ubicaba en la Rúa Calvo Sotelo, número 100, pero fue en 1928 cuando el negocio familiar se trasladó a la Rúa Matías López, número 94, donde el local sigue abierto en la actualidad. 

Después de más de un siglo, la Panadería Pallares ofrece servicios tradicionales aunque se adapta a las exigencias del mercado actual poniendo a disposición de los clientes un servicio de entrega a domicilio tanto de empanadas como de repostería. También da la opción de adquirir sus productos en otros puntos de venta repartidos por la comarca. 

Según Pilar García, "en un negocio como este, con una larga trayectoria, es imprescindible evolucionar y ser creativo para mantener una buena imagen y lograr mayor prestigio. Lo importante es dar un buen servicio y hacerlo único y diferente". La clave del éxito en sus elaboraciones es la materia prima, utilizando un horno de leña para la cocción. En este sentido, destaca que "se trata de seguir ofreciendo los productos que hace 140 años hicieron conocida a la panadería". 

"En un negocio con una larga trayectoria es imprescindible evolucionar y ser creativo", explica la dueña de la panadería

Con motivo de la conmemoración de su aniversario, la Panadería Pallares organizó este sábado un evento al que asistieron clientes habituales, familia, amigos y vecinos para degustar empanadas gigantes y repostería "a lo grande". El acto tuvo lugar a las 21.00 horas en el propio establecimiento, en la explanada situada detrás del establecimiento. Los participantes disfrutaron de este festejo amenizado por los Gaiteiros de Goián y pudieron realizar fotos en un photocall decorado para la ocasión con el burro Pastor. 

El evento se caracterizó por tener un ambiente que dio un paso atrás recordando una época más antigua. Aunque la familia solo ha organizado hasta el momento el acto del sábado, no descarta realizar otro tipo de acciones para continuar celebrando este aniversario que pocos negocios logran. 

MUSEOS. El comercio sarriano cuenta desde el año 2012 con el Museo do Pan, en el que se recrea el proceso de elaboración del pan, desde el momento del grano hasta el amasado y la comercialización. Esta exposición muestra al público la maquinaria utilizada en el último siglo, como un molino que funcionaba con agua, amasadoras con 80 años de antigüedad y una máquina para hacer barras de pan. Además, la panadería conserva un carro que era utilizado como el primer medio de transporte antes de tener su primer vehículo para transportar el horno y los sacos de harina. 

Este proyecto, que comenzó como una simple idea para no dejar abandonadas antiguas máquinas que utilizaban los panaderos, se expandió dos años después con la apertura de un segundo museo, una exposición, una tienda de ultramarinos con mobiliario y productos del siglo pasado. Toda una recreación de las antiguas cantinas para dar prestigio al local. 

PREMIO. En el pasado mes de mayo, el negocio familiar recibió en Lugo un reconocimiento por su larga trayectoria en los premios ‘Traxectoria do Comercio Galego’. La hija del matrimonio, Antía Fernández García, recogió el galardón junto a sus padres. Esta es trabajadora social y, aunque ahora solo ayuda a realizar las diferentes campañas del establecimiento y promoverlas en redes sociales, como en el caso de la celebración de los 140 años, no descarta en un futuro hacerse cargo de este negocio longevo continuando con el largo recorrido familiar.

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