El lastre de CatalunyaCaixa y Novagalicia provoca un desplome del 71% en el beneficio de 2011

Las cajas de ahorros cerraron el año 2011 con un desplome en sus beneficios del 71 % hasta los 580 millones de euros, lastradas por el banco de CatalunyaCaixa, que perdió 1.335 millones, y el de Novagalicia, con 169 millones de euros.

Según datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), en estos resultados -en los que no se incluyó a las dos entidades que han sido subastadas, Unnim y CAM- pesó también el fuerte incremento en las provisiones, que sólo en el último trimestre supuso 4.035 millones al sector.

En el conjunto del año, las cajas de ahorros anotaron 8.300 millones por deterioro de activos, un 14 % más que el año anterior. De esta cifra, 6.379 millones se debe a dotaciones por deterioro de activos financieros y 1.893,3 millones a saneamientos.

El sector de las cajas de ahorros se encuentra en pleno proceso de reestructuración, pues a la venta de la CAM y de Unnim se unirá la subasta antes del verano del banco de CatalunyaCaixa. Novagalicia, otra de las entidades controladas por el Estado, ha propuesto al Banco de España una subasta competitiva de entre el 30 y el 49 % de su capital entre inversores privados.

EL PROCESO DE REESTRUCTURACIÓN, REFLEJADO EN LAS CUENTAS
Las cuentas ofrecidas hoy por la CECA reflejan este proceso de reestructuración, así como el esfuerzo que está realizando el sector para cumplir con las exigencias de saneamiento que establece el real decreto aprobado por el Gobierno hace unos meses. En concreto, los resultados del sector están impactados por las pérdidas de 1.335 millones del banco de CatalunyaCaixa en 2011, después de adelantar 1.505 millones para sanear una parte de su exposición al riesgo promotor y activos inmobiliarios.

Pero le quedan por sanear aún 1.595 millones de euros, a los que se unen 1.053 millones que tiene que dotar en capital para cubrir mejor el riesgo por su exposición al suelo y las obras en curso que tiene en balance.

RECORTES 'ESCONDIDOS'
Otro de los factores que influyó en los resultados es el proceso de cierre de oficinas y reducción de plantillas que están acometiendo las entidades. De esta manera, los gastos de personal se redujeron en un 4,9 % y los de administración y amortizaciones, el 3,9 y el 16,1 %, respectivamente. La red de oficinas de las cajas alcanzó su máxima expansión en el tercer trimestre de 2008, con 25.051 sucursales, pero desde entonces se ha reducido hasta las 20.787 oficinas que contaba a finales de 2011.

El número de empleados ha pasado de 135.415 en 2008 a 116.000 a 31 de diciembre de 2011, lo que supone la salida de 19.415 empleados, un 14,3 %. Pese a estos ajustes, el ratio de eficiencia -que mide los gastos en proporción con los ingresos- ha empeorado del 57 al 65 por ciento.

Los resultados por operaciones financieras cayeron un 32 % por el deterioro de los mercados bursátiles durante todo el año. Los ingresos netos en comisiones, por su parte, también se redujeron, un 0,9 %, y los resultados de sus participadas un 1,7 %, lo que hizo que el margen ordinario disminuyera un 16,7 %. También el margen de financiación de las cajas cayó en un 20 % debido a las dificultades en el acceso a la financiación y el margen de explotación, de igual modo, descendió un 28,2 %.

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