Un ''plan concordado'' para acabar con la vida de Asunta

El instructor José Antonio Vázquez Taín está convencido de que los padres de la niña localizada muerta el pasado 22 de septiembre en un terreno forestal tenían un "plan concordado" para matar a Asunta bajo el cual él se encargaría de drogarla hasta el aturdimiento para "facilitar" la sofocación que ejecutaría ella.

En el auto al que ha tenido acceso EFE y por el que se levanta el secreto de sumario que ha estado en vigor durante casi dos meses, el magistrado apunta que el periodista Alfonso Basterra conoce que en base a los resultados de la autopsia y a los análisis de Toxicología se le imputa que el día en que murió la niña, como en "episodios anteriores", le suministró una "dosis tóxica" de un ansiolítico.

Especifica que el motivo de esta acción sería privar a la víctima de "toda voluntad y defensa" y, presuntamente, facilitar la acción de asfixia "en un plan concordado" con la abogada Rosario Porto, su ex mujer y madre de la pequeña.

Entre los elementos inculpatorios relativos a Porto, destacaría el hecho de que los análisis de posición del teléfono de la abogada compostelana la situarían con la niña en el momento de la muerte y en la pista de Teo en el instante en el que se depositó el cadáver, lo que podría descartar la hipótesis de la participación de una tercera persona.

Los investigadores creen que Rosario tuvo fuerzas suficientes como para trasladar el cuerpo de la pequeña a la zona en la que sería hallada poco después. Esta tesis quedaría respaldada por las cámaras de seguridad que captaron el trayecto de Rosario en coche desde Compostela a Teo con la pequeña abordo del conocido Mercedes verde. Habría que añadir que las horas de desactivación y activación de la alarma de la citada casa familiar de Teo coinciden con las horas en las que la autopsia determina que Asunta perdió la vida.

Entre las más de 100 pruebas científicas que se han desarrollado a lo largo del proceso, también conocemos hoy la existencia de un análisis que concluye que Asunta fue atada cuando todavía estaba viva, lo que indicaría un posible miedo por parte de su ejecutor a que recuperara la consciencia a pesar de la alta dosis de orfidal que habría ingerido.

Porto y Basterra están encarcelados en el penal coruñés de Teixeiro acusados de la presunta comisión de un delito de asesinato, algo que los dos únicos imputados por este crimen niegan.

Vázquez Taín explica en esta providencia que ambos son "perfectos conocedores de los hechos que se les imputan y de gran parte de los indicios que existen contra ellos" y añade que una cuestión distinta y lógica es que por su situación procesal y fáctica hayan optado por guardar silencio hasta ser "perfectos conocedores" de todo el contenido de la causa.

La razón de este mutismo sería no volver a entrar en contradicciones "palmarias con pruebas objetivas" como ha ocurrido con el lugar y hora en que vieron por última vez a Asunta, puesto que Basterra corroboró la versión de Porto hasta que, sabedor de la existencia de grabaciones que la contradecían, "comenzó a afirmar que no había preguntado a su esposa dónde había quedado la menor".

Otra discrepancia se produce, según el auto, cuando la propia Rosario afirma que Alfonso tenía el tranquilizante Orfidal en su domicilio, ya que en el momento en que esto se le comunica a él, lo desmiente.

También, en base a la declaración de Porto, se acusa a Basterra de "haber intoxicado supuestamente a la menor al menos en una ocasión con polvos blancos que no ha explicado de qué se trataba".

De Rosario Porto, el juez indica que "conoce perfectamente" que se le considera "responsable en connivencia con el otro imputado" de drogar "durante un período de al menos tres meses a su hija" y de asesinarla "mediante asfixia mecánica" el día 21 de septiembre.

Además "conoce perfectamente" que han pesado sus "confusas" explicaciones sobre el presunto incidente en el que un desconocido intentó matar a la fallecida Asunta y que ella relató en comisaría cuando interpuso la denuncia de desaparición, sobre "dónde y cómo" dejó a la menor el día de su fallecimiento, y sobre "qué hizo en el período de tiempo" en el que la niña fue presuntamente asesinada.

Si no hubo un alzamiento hasta ahora, se debe a que el secreto acordado estaba basado en la necesidad de practicar una serie de actos de instrucción con las mínimas garantías y, en todo caso, "todavía quedan una serie de elementos de instrucción que justificarían" mantenerlo, como la desaparición del ordenador de Alfonso Basterra o de su segundo terminal móvil, que "por razones que se escapan" ha ocultado.

No obstante, dado que tanto Basterra como Porto han manifestado expresamente que no colaborarían mientras estuviese vigente el secreto, se ha levantado a fin de que sus defensas puedan instruirse de todo el acervo probatorio conseguido.

El juez detalla que el contenido de los folios del sumario es "realmente sensible" y por ello las copias entregadas a todas las partes personadas llevan una marca de agua diferenciada para identificar a los autores de las filtraciones.

La instrucción considera probado que en el domicilio del padre de Asunta es donde se produjo la ingesta de tranquilizante, una elevada dosis para provocar un pasmoso aturdimiento, y también que existe una autoría material y otra intelectual y "perversa".

Por último, y atando uno de los que parecían los últimos cabos sueltos del caso, cabría destacar que, según ha revelado Telecinco, que el semen encontrado en la camiseta de la pequeña se explicaría por una contaminación, probablemente, producida en el laboratorio. Esta conclusión se desprende del hecho de que los citados restos biológicos pertenecen a un hombre que no estuvo en Galicia en la fecha del crimen y que está acusado de una agresión sexual cometida en Madrid.

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