La investigadora del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en Baleares Raquel Goñi es coautora del libro ‘Marine Protected Areas’, en el que se evalúa y sintetiza la evidencia empírica de los efectos, positivos, de las áreas marinas protegidas sobre las pesquerías, tanto en zonas cerradas a la pesca como en áreas prohibidas al arrastre, dragas y similares.
En uno de los capítulos sintetiza los resultados de 41 trabajos centrados en áreas marinas protegidas en los ecosistemas mejor estudiados. Así, diez se encuentran en arrecifes tropicales, 17 en arrecifes de zonas templadas y 17 son reservas marinas de fondos blandos donde se excluyen medios que dañen estas superficies. La mayoría de los efectos documentados en estos estudios «constatan» la redistribución del esfuerzo de pesca y unos mayores rendimientos pesqueros y mayor tamaño de las especies explotadas en la proximidad de las reservas.
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