Por quinto año consecutivo, y ya convertido en una tradición más de la Navidad en la comarca chairega, el hostal Terra Chá de Vilalba abre las puertas de un gran belén, con una superficie de más de 150 metros cuadrados y con más de 800 figuras.
«Todo está feito con elementos naturais: musgo, area, pedras, madeira, setas...», dice José Grandío, el responsable del local y el creador de este peculiar nacimiento en el que lleva trabajando a lo largo de 15 días para poder mostrarlo al público durante todo el mes de diciembre y parte de enero.
«Á xente gústalle moito, encántalle», dice este hostelero reconvertido en artista, que asegura que cada vez lo conoce más gente. «Fan visita de belenes pola Terra Chá, van a Begonte e veñen aquí. Son estilos moi diferentes», indica, mientras muestra su nueva creación, en la que hay clásicos, como el molino o un horno, y novedades como un cabazo, que incluyó este año.
«Os Reis saen do cabazo e pasan polo deserto, pasan por unha zona de palacios, onde está o de Herodes, e viaxan cara o portal», dice el autor del nacimiento.
Por el camino, más de 800 figuras recrean diversos oficios como el de zoqueiro, serrador, carpintero... y también hay una viña, «con bodega e furancho», o dos labradores peleándose por un marco, señala Grandío, que anima a la gente a visitar este gran belén, en el que también hay un espacio reservado para el patrimonio, con varios puentes, castros o dólmenes.
«Quero incluír a igrexa de Lanzós», apunta, como una de las posibles novedades para el siguiente. Porque si algo tiene claro es que esta nueva tradición, que ya no puede crecer mucho más en dimensiones, se mantendrá en el tiempo.
