La Asociación Veciñal do Saviñao ha considerado «moi complicado» frenar el proyecto de construcción de una minicentral hidroeléctrica en el río Sardiñeira. Su presidente, Manuel Sarmiento, señaló ayer que en el seno de la agrupación no son «optimistas» a pesar de presentar «alegacións ó plan, pois dende a Confederación Hidrográfica Miño-Sil dixéronnos que a iniciativa está na última fase de tramitación e que os documentos axústanse ás esixencias legais demandadas».
Asimismo, Sarmiento indicó que se encuentran con el problema de que el Estado «prioriza as enerxías renovables, como é este caso, polo que, de verdade, cremos que pouco podemos facer para frear o proxecto».
El responsable de la asociación de vecinos de O Saviñao lamentó que se trate de una iniciativa que tuvo un largo proceso de tramitación, pues sus inicios se remontan al año 2003, y que estuviese «parada ou ralentizada durante varios anos, o que propiciou que non nos enterasemos dos pasos que se ían dando para poder presentar as nosas alegacións en tempo e forma, a medida que ía avanzando o proceso».
Con todo, y tras considerar que no serán tenidas en cuenta las alegaciones que presentaron el pasado día 8, cuando finalizaba el último plazo para ello relacionado con este plan de producción de energía eléctrica mediante una minicentral a construir en el río Sardiñeira, Manuel Sarmiento indicó que sólo les quedará «velar porque as obras se acometan según o estipulado, sin que haxa desperfectos ou alteracións non contempladas».
En este sentido, manifestó que desde la asociación vecinal estarán especialmente vigilantes a que no se vean afectados varios antiguos molinos que salpican el cauce y que, aseguró, tienen «un alto valor patrimonial».
Acuerdo plenario
El pleno municipal de O Saviñao se posicionó hace poco más de un mes en contra, y de forma unánime, de la minicentral que la empresa Senercal S.L. pretende instalar en el margen derecho del río Sardiñeira.
Fue el partido de los socialistas el que llevó al pleno una moción de urgencia en la que expuso el desastre medioambiental que supondría instalar un embalse en pleno coto de pesca y en uno de los pocos cauces de la zona en los que no hay ninguna presa.
Además, se había facultado al alcalde, el popular Joaquín González González, para que hiciese las gestiones pertinentes ante la Xunta y la Confederación Hidrográfica de cara a paralizar el proyecto.
Según había defendido el portavoz del PSOE, las pretensiones de la compañía son construir un embalse con un muro de cinco metros de altura y después instalar una tubería de 1,30 metros de diámetro por la orilla derecha del cauce a lo largo de unos 700 metros hasta desembocar en el edificio de la minicentral.
La empresa Senercal lleva desde el año 2003 intentando hacer la minicentral, que se denomina Salto de Amieiros, para el aprovechamiento de un caudal de 3.500 litros por segundo que movería una turbina tipo Kaplan de 1.050 kilovatios de potencia. Para ello se haría un azud de captación de cinco metros de altura.
La presa se haría en una zona susceptible de ser aprovechada desde el punto de vista turístico y deportivo por parte del Ayuntamiento y pondría en peligro la integridad de tres molinos tradicionales, según indicó el PSOE y la asociación de vecinos de O Saviñao.
ANTECEDENTES
- El bipartito intentó parar 48 planes. El anterior Gobierno gallego, el bipartito PSOE-BNG, había intentado negociar con las empresas del sector energético la paralización del mayor número posible de las 49 minicentrales hidroeléctricas proyectadas en Galicia que aún no habían entrado en fase de explotación. El argumento esgrimido por la Xunta era que se trataba de evitar una sobreexplotación energética con graves consecuencias para los ecosistemas fluviales.
- Rentabilidad. También se pretendía desde la Consellería de Medio Ambiente que fuesen las propias empresas concesionarias las que evaluasen la escasa rentabilidad de la producción energética hidráulica en relación al impacto ambiental producido.
- Respaldo. Las reclamaciones sobre la protección, conservación y mejora de los ríos comenzaron en 2004 con una iniciativa legislativa popular impulsada por colectivos sociales, políticos y medioambientales. Estas asociaciones consiguieron el apoyo de más de 40.000 gallegos.
