El grifo cerrado

LA GRAN BANCA redujo hasta un 7,6% el crédito a empresas y particulares en los nueve primeros meses de este año, en comparación con igual período del año anterior. La explicación del sector bancario es así de simple: las familias y las empresas reducen su endeudamiento. Del otro lado de la ventanilla se sigue clamando sin éxito por la activación del crédito para que la economía real se mueva, para que empresas viables no se asfixien. Incluso el Gobierno se expresa en términos de buena voluntad sobre esta necesidad. Si en el mismo período los beneficios de la banca crecen a ritmo de los buenos tiempos, hay una explicación técnica que ya se han encargado de dar: el fuerte de las dotaciones exigidas ya está realizado en ejercicios precedentes. Y, también, buena parte del negocio está en el exterior. No hay sector que pueda decir lo mismo: dotaciones extraordinarias y ver crecer los beneficios.

LAS FORTUNAS

Las grandes fortunas españolas, y gallegas, no son amigas de la publicidad. Prefieren pasar desapercibidas para los medios de comunicación. No parece cultura latina. Van más al anonimato que se atribuye como un tópico a la moral calvinista. Se entiende esa opción por la no exhibición en los medios; y hasta puede ser de agradecer en las actuales circunstancias. A pesar de todo puede uno preguntarse por la concentración de riqueza que supone en España que 30 familias sumen 32.000 millones de euros y, para más concreción, tres de esas familias acumulen 11.200 millones. Pertenece a un tiempo pasado demonizar a los ricos, lo que se dice realmente ricos, máxime cuando se hacen a sí mismos con su actividad y su trabajo, como son la mayoría de estos españoles de la lista Forbes. Pero sí es lógico preguntar qué estructura social va a salir de esta crisis, que permite que muy pocos sean cada vez más y se desmorone el colchón social de las clases medias. ¿Sociedad estable?

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