El impuesto estatal sobre los depósitos bancarios tendrá un gravamen del 0,03 %, según ha anunciado hoy la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta ha explicado que este gravamen, que pagarán los bancos, se ha incluido en el decreto-ley de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia aprobado hoy.
El impuesto estatal sobre los depósitos bancarios está en vigor desde enero de 2013, pero se mantenía al 0 % ya que se creó con el único fin de garantizar la unidad de mercado y evitar que cada comunidad autónoma pudiera tener una tasa propia.
Según anunció el Gobierno en su día, el tipo de este impuesto sería muy moderado y no tendría un fin recaudatorio, sino únicamente compensatorio, ya que la ley de financiación autonómica obliga a resarcir a las comunidades autónomas que lo tenían y cuya vigencia quedó anulada a partir de la existencia del impuesto estatal.
Las tres comunidades a compensar son Andalucía, Canarias y Extremadura, que son las que lo tenían vigente antes del 1 de diciembre de 2012. Después lo implantaron Cataluña y Asturias.
Las transacciones con tarjeta de hasta 20 euros pagarán menos comisiones
El Gobierno ha aprobado hoy un tratamiento singular para los pagos con tarjeta de pequeño importe, de hasta 20 euros, en los que las comisiones serán más bajas, de 0,2 % para las de crédito y 0,1 % para las débito.
Esta es una de las nuevas medidas de impulso al comercio interior y exterior que ha aprobado hoy el Consejo de Ministros.
En cuanto a la rebaja de las comisiones en pagos con tarjeta, el Ministerio de Economía ha explicado en un comunicado, que en la propuesta de reglamento de la Comisión Europea se incluyen limitaciones en las tasas de intercambio o comisiones por los sistemas de pago en España, una medida que entrará en vigor el 1 de septiembre.
Así, las tasas de operaciones estarán limitadas al 0,3 % para pagos con tarjeta de crédito y al 0,2 % para pagos con tarjeta de débito.
En los pagos de débito se incluye una limitación adicional, una comisión máxima de 7 céntimos de euro, para evitar comisiones mayores a las actuales.
Además, la norma establece un tratamiento singular para los pagos de pequeño importe, de hasta 20 euros, en los que las comisiones serán aún más bajas; 0,2 % para crédito y 0,1 % para débito.
Esta normativa será de aplicación en todos los pagos realizados en puntos de venta españoles en los que participe, al menos, un proveedor de servicios de pago español, incluyendo operaciones de comercio electrónico.
La medida adoptada en materia de tarjetas de pago sólo afecta a los tradicionales sistemas de pago (en los que intervienen el usuario de la tarjeta, el comerciante, el banco emisor y el banco que gestiona el cobro en el comercio).
La norma no se aplicará a las tarjetas de empresa, corporativas ni en la retirada de efectivo en cajeros.
Según el Gobierno, actualmente la tasa media por el pago con tarjeta en una misma red es de 0,75 % en tarjetas de crédito y de 0,30 euros por transacción en tarjetas de débito.
Para el comercio minorista, la tasa media de intercambio es el 0,68 %, muy elevada para el sector, según el Gobierno, lo que desincentiva a muchos comerciantes, especialmente a los pequeños.
En España solo el 16,8 % de los pagos se realiza con medios electrónicos y únicamente el 7 % de bajo importe (por debajo de 20 euros) se paga con tarjeta.
En la UE, España se sitúa en un tramo intermedio-bajo por detrás de países como Finlandia (27,1 %), Irlanda (29,4 %), Francia (33,3 %), Países Bajos (35,0 %), Portugal (47,0 %), Suecia (47 %), Reino Unido (47,6 %) y Noruega (50,3 %).
