El gobierno de Lugo culpa ahora a la CHMS de la autorización para una gasolinera

Captura de pantalla de Google Maps donde se ven el área comercial (derecha) y el río
photo_camera Captura de pantalla de Google Maps donde se ven el área comercial (derecha) y el río

El alcalde accidental de Lugo, Luis Álvarez, descargó la responsabilidad de que se vaya a construir una gasolinera a escasos 100 metros del río Miño, en el aparcamiento de Carrefour, en la Confederación Hidrográfica Miño Sil.

Álvarez recordó que la licencia para dicha estación de servicio fue concedida por la junta de gobierno municipal de la pasada semana y, al respecto, argumentó que el ejecutivo "no cuestionó la validez del informe emitido por la confederación". "Doy por obvio, por el principio de confianza legítima entre administraciones, que el informe está bien hecho, y por tanto esa autorización de la gasolinera puede autorizarse ahí. Si la CHMS tiene mala conciencia y necesita defenderse, que se defienda de quien la ataca, que no es el Ayuntamiento de Lugo", destacó.

El también portavoz del gobierno local insistió, como la semana pasada, en que al gobierno local "no" le gusta esa licencia, "pero no queda otro remedio que otorgarla", dijo, puesto que "es un acto reglado porque reúne unos requisitos y hay que darla". "De lo contrario, sería un delito", advirtió.

Así, frente a estas "facilidades" que ofrece la CHMS para que vaya a ubicarse esa estación de servicio, contrapuso "las dificultades, desde el punto de vista técnico o jurídico, que tiene la instalación de una playa fluvial", que iría en Los Robles, en las riberas del Miño.

"Nos llama la atención las dificultades para una cosa y, por otro lado, que la normativa permita la otra. Pero no dudo de que el informe de la confederación sea correcto y se permita ese tipo de actuaciones", reiteró.

La semana pasada, Álvarez alegó que la autorización de la gasolinera era obligada por las leyes de emprendimiento de los gobiernos central y autonómico. Su apertura, solicitada por Carrefour a finales de la pasada década, ha puesto en pie de guerra a las asociaciones vecinales de la ciudad.

Es la segunda ocasión, en pocos días, en que el Ayuntamiento descarga las culpas en el ente que regula los cauces fluviales españoles. Este mismo martes, el gobierno municipal atribuyó a la Confederación Hidrográfica la responsabilidad en la restauración de un caneiro del río Miño que lleva al menos dos años roto.

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