El fiscal jefe quiere irse de Lugo, aunque sea a un puesto de inferior rango

Javier Rey.
photo_camera Javier Rey.

El fiscal jefe nunca se encontró cómodo en Lugo, un destino que a priori podía parecer tranquilo. Javier Rey Ozores posiblemente no cumpla los tres años en la plaza, un tiempo que coincide con la época más convulsa de procesos judiciales, con los casos Campeón y Carioca, entre otros, sobre la mesa.

Sin embargo, él niega que las macrocausas influyan en su decisión de pedir una plaza en A Coruña, a pesar de que en la práctica renuncia a una jefatura para volver un puesto secundario. Rey Ozores opta a ser fiscal de menores, la única vacante por el momento en la ciudad herculina, donde quiere vivir por motivos familiares. Tampoco parece que pueda esperar, porque a la vista no hay jubilaciones o traslados en la Fiscalía coruñesa y mucho menos de fiscal jefe.

El anterior fiscal jefe, Jacinto Fernández Villalvilla, también prefirió aceptar un puesto de inferior rango, como la jefatura de la Fiscalía de Ponferrada, dependiente de la de León, para irse de Lugo. En su caso también pesaban los motivos familiares, pero el comentario generalizado es que prefería eludir lo que se le venía encima.

Además de las operaciones Campeón y Carioca, Rey Ozores se las tiene que ver con varios casos de irregularidades urbanísticas, entre ellos el de O Garañón, con el inacabable asunto de la retirada de multas en Tráfico y la Policía Local, la pintoresca absolución y posterior confesión de O Chucán, los nulos avances en la operación Muralla, o la rocambolesca investigación de los carnés sacados en Lugo por ciudadanos chinos.

Javier Rey Ozores, natural de Ourense pero criado en A Coruña, estudió Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela. Ingresó en la carrera fiscal con 25 años y ejerció un tiempo como representante del ministerio público en Santiago. Posteriormente, trabajó durante más de veinte años en la Audiencia Provincial de A Coruña -donde ya había ejercido como fiscal de Menores- y en 2005 fue designado por el fiscal general del Estado como uno de los cincuenta fiscales delegados contra la violencia de género en toda España.

Rey Ozores tomó posesión de su cargo de fiscal jefe de Lugo el 30 de junio de 2009, ocupando la plaza que dejó vacante Villalvilla, que a su vez sucedió a Jesús García Calderón y Jesús Izaguirre, ambos mucho más dados a iniciar investigaciones dentro de la Fiscalía y después enviarlas a los juzgados, más que al revés, como sucedió estos últimos años con Villalvilla y Rey Ozores.

Javier Rey Ozores matizó ayer que su petición de traslado puede no ser aceptada.

Comentarios