El fiscal tiene en marcha una investigación de la empresa farmacéutica Celtifarma de Monforte por un presunto delito contra la Hacienda Pública y otro contra la salud pública. La empresa (constituida en 1996) podría haber estado adquiriendo productos farmacéuticos a través de diversas farmacias, que luego intentaría vender en mercados de otros países. Además, no se descarta una presunta relación de Celtifarma, cuyos socios están vinculados a una treintena de empresas del sector, con el comercio irregular de opiáceos porque en la investigación iniciada también interviene el Edoa de la Guardia Civil (Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas).
La trama con la que se relaciona a Celtifarma presentaría similitudes con los métodos que empleaba Jorge Dorribo al frente de Nupel. Es decir, la estrategia de Jorge Dorribo consistía en comprar medicamentos en España, a través de varias farmacias, cambiarles el envase en los laboratorios lucenses y colocarlos en mercados extranjeros en los que su valor se triplicaría porque los fármacos carecen de las subvenciones que tienen en España. Se trataba de antidepresivos y psicofármacos, pero también de simple ibuprofeno. En el caso de Celtifarma el método sería similar pero, además, esas prácticas podrían servir supuestamente para mover opiáceos.
Las investigaciones de la Guardia Civil y la Fiscalía relacionadas con Celtifarma llevan en marcha varios meses y pudieron culminarse con un registro a la sede monfortina que se vio truncado. Según confirmó ayer este diario y apareció reflejado en un medio de tirada nacional el fin de semana, la Guardia Civil esperaba en diciembre de 2012 una orden para entrar en almacén monfortino para revisar el material y la actividad que registraba. Solo faltaba la orden del juzgado monfortino pero la jueza planteó una cuestión de competencia porque consideraba que la investigación debería llevarse desde la capital española al estar en Madrid el domicilio social de la empresa
