El fantasma de Santa María

HACE TIEMPO, alguien me contó una historia de fantasmas en un veterano edificio del centro de Lugo. El personal de limpieza trabajaba en él por la noche, apagaba todas las luces al acabar y, nada más salir a la calle, esas luces recién apagadas volvían a estar encendidas. Posiblemente, era un problema de la instalación eléctrica, pero la curiosa historia llegó a circular durante un tiempo. Y no es un edificio excesivamente veterano, porque no cumplirá los cien años hasta dentro de un par de décadas. Pero en este tiempo ha tenido una existencia muy agitada: pensado como hospital de beneficencia (de su inauguración, en tiempos de la República, procede una de las fotos más conocidas del doctor Rafael de Vega), acabó siendo la sede del Inludes. Y ahora, con la desaparición de este ente de la Diputación, volverá a tener el nombre que siempre ha tenido: el hogar de Santa María.

La disolución del Inludes (Instituto Lucense de Desarrollo) es una muestra más de que las noticias previstas, y que imaginamos estruendosas, siempre acaban pasando sin pena ni gloria. La gente se esperaba auténticos terremotos para el día en que Francisco Cacharro dejara la Diputación, pero su final político fue casi un asunto burocrático. Y lo mismo ha ocurrido con el adiós del instituto: uno se imaginaba que iba a abrirse la tierra pero la disolución llegó en una reunión de trámite y casi en una nota a pie de página poco después de Reyes: el día 9 de enero.

Y de esta forma anodina, sin alharacas, se ponía punto final a 28 años de una historia agitada, convulsa en ocasiones. El mentado Cacharro fue el promotor de este instituto, nacido en 1985 y al que le salió un gemelo en Ourense dos años después: incluso el nombre era (es) el mismo, pero cambiando Lucense por Ourensán. Eran otros tiempos: en aquel entonces tanto Cacharro en Lugo como Baltar Pumar en Ourense tenían casi más poder que el propio Manuel Fraga en Galicia. Pero hay diferencias: Cacharro se fue sin problemas y (casi) sin ruido; Baltar ha acabado en los juzgados.

Esa disolución sin estridencias contrasta, ya digo, con esos 28 años en que hubo de todo: empezando por las acusaciones de clientelismo y enchufismo en un centro que amparó escuelas taller y cursos variados. Allí se movió mucho dinero, aunque fuera virtual, y utilizo este adjetivo porque la gestión de fondos europeos fue una de las grandes áreas de trabajo del equipo adscrito al Inludes.

El instituto y el Breogán fueron dos de los grandes objetivos de la oposición a Cacharro durante mucho tiempo. El expresidente de la Diputación acabó por ceder en su último mandato, cuando dejó entrar a socialistas y nacionalistas en los dos entes; es más, en el club hasta les dio el control, como si fuera un preludio a lo que vino después: la toma del poder por el bipartito socialnacionalista.

Pero en tiempos el Inludes representaba casi un poder paralelo... dentro de un orden, claro. Todavía hay quien recuerda algunas polémicas en las que se vio envuelto Antonio Muiña, entonces y ahora alcalde de Friol, cuando fue nombrado máximo responsable del Inludes, cobrando una asignación que generó suspicacias.

Esas polémicas con las asignaciones económicas, las reservas de la biosfera promovidas pese a la oposición vecinal (la de Os Ancares), la distribución de personal, los supuestos virreinatos en el complejo de la Ronda da Muralla (el mencionado Muiña, Manuel Martínez en la época socialista), las políticas del Centro de Artesanía e Deseño... todo eso, hoy, es ya historia. Y si algún día vemos un fantasma penando por los pasillos de Santa María, puede que sea el del Inludes. Vivió con ruido pero murió en silencio: ése podría ser su epitafio.

Retrasos ♦ Todo tarda, como Hemodinámica

Vivir en la provincia de Lugo es una labor muy cansada. Porque todas las cosas cuestan muchísimo: las buenas conexiones con la Meseta tardaron años (hablo ya de la Nacional VI); del Alvia, que es una solución de compromiso (no llega a la velocidad alta), ya ni se sabe, y de la Hemodinámica en el Hula... pues por lo menos podremos infartarnos por la mañana. Una suerte, aunque eso de tener que esperar a febrero a algunos no nos da buena espina, sobre todo a la vista de la visita a Lugo del médico encargado de recortar la oferta sanitaria nacional.

Municipal ♦ Epidemia de ceses

Los ayuntamientos de Lugo viven una cascada de ceses. La última renuncia es la de la portavoz del PP en Samos, pero en el último año se han registrado dimisiones en Barreiros, Cervo, As Nogais, Sarria y, entre otros, la más llamativa, Foz (el anterior regidor). ¿Será una epidemia? Podría pensarse que la política ya no interesa y que el edil perpetuo y perpetuamente callado está en vías de extinción. O quizás el problema sea que ahora ya no es rentable, ni en cuestión de imagen ni, claro, económica.

Cámara de Comercio

¿Huele a muerto en la Cámara de Comercio?

El Gobierno de Zapatero le dio la puntilla a las cámaras de comercio, al eliminarse la obligatoriedad de afiliación. La de Lugo ha sufrido estos días una situación que posiblemente se repetirá en toda España, y el gesto que en esta foto hace Eduardo Núñez- Torrón, el presidente dimisionario, se podría interpretar como que se tapa la nariz ante el olor a muerto que desprende el ente. Como decía su predecesor Luis Abelleira, «nadie con sentido común» parece dispuesto a poner la cara por una Cámara que, pese a todo, aún tiene un patrimonio. (Foto: SEBAS SENANDE)

PINCELADAS

Episodios Por una vez, un ‘episodio meteorológico adverso’ fue, realmente, digno de reseñar y no un simple temporal más.

Limpieza En Monforte las cosas se escriben con ‘p’ de ‘parálisis’ o de ‘paciencia’: el puerto seco, el punto limpio...

Lugo ¿Qué es más sorprendente de la queja de la Apec? ¿Que se vendan 40 pisos al trimestre (nada menos) o que solo queden 400 por vender?

O RECORTE. Saber idiomas
El Progreso, 8-1-2013, p. 19

Os de Beiras (en Lugo, Ramón Vázquez) veñen de dar unha demostración da importancia de saber idiomas. Porque dicir que unha actuación foi neglixente ou defectuosa, ou que non valeu para nada non ten tanta rotundidade como dicir que é unha trapallada ou que se acudiu a remedios «trapalleiros», expresións todas elas de difícil tradución no sector lácteo non galego, moi inquedo pola situación dos seus homólogos de aquí. Con iso queda todo dito. Só lles valería outra expresión: «unha merda», que é igual de contundente e esclarecedora en castelán que en galego.

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