El este del país aguarda con inquietud la llegada de la ayuda rusa, Moscú pide acompañarla con un alto al fuego

Ucrania aguarda con inquietud la llegada de un convoy ruso con ayuda humanitaria, ya que aún se desconoce si cruzará la frontera por una zona controlada por los separatistas o por las fuerzas leales a Kiev, y cómo será distribuida por la Cruz Roja.

"Hemos entablado el primer contacto con el convoy ruso con la ayuda (humanitaria) en la región (rusa) de Rostov. Aún quedan por aclarar muchos detalles prácticos", informó el Comité Internacional de la Cruz Roja en Twitter. Al parecer, la columna con los 262 camiones pintados de blanco se encuentra estacionada a una treintena de kilómetros del territorio ucraniano a la espera de autorización para avanzar hacia la frontera.

El problema radica en que desde hace dos meses varias secciones de la frontera están bajo el control de las milicias prorrusas, como es el caso de los puntos de paso de Izvarino y Dolzhanski, teóricamente los elegidos para hacer llegar la ayuda a la ciudad sitiada de Lugansk.

Al dar su visto bueno al cargamento ruso, Kiev adelantó, sin especificar, que el convoy cruzaría la frontera por el punto más cercano a Lugansk con el fin de agilizar la distribución de la ayuda a la población que carece de luz y agua desde hace dos semanas.

Las autoridades ucranianas quieren que, además de los funcionarios de aduanas y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, la Cruz Roja esté presente durante el registro del cargamento humanitario ruso en la frontera. "Esperemos que la parte rusa cumpla todas estas exigencias y no viole la legislación ucraniana e internacional", aseguró Ígor Lisenko, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, en rueda de prensa. En caso contrario, agregó, "el avance de la columna será frenado por todas las fuerzas que tengamos a nuestro alcance".

Por su parte, la Cancillería rusa pidió hoy a las autoridades ucranianas y a los rebeldes prorrusos que declaren un alto el fuego para garantizar la seguridad del convoy.

El cese de las hostilidades "es necesario para garantizar la seguridad de la acción humanitaria en marcha. La dificilísima situación en el sureste ucraniano exige un alto el fuego", afirmó. A su vez, la nota oficial destaca que Moscú se encuentra "en la fase final" de los esfuerzos "para acordar los aspectos (logísticos) de la concesión de la ayuda humanitaria a la población del sureste de Ucrania".

La Cruz Roja ha pedido a la parte rusa información detallada sobre el contenido de los 262 camiones rusos, que transportarían unas dos mil toneladas de cereales, azúcar, alimentos para niños, medicinas, sacos de dormir y generadores eléctricos. "Efectivamente, la que tenemos es una lista muy general. Para poder hacernos cargo de la ayuda humanitaria y distribuirla necesitamos una lista muy detallada", dijo Victoria Zotikova, portavoz de la delegación regional de la Cruz Roja.

Representantes de la organización internacional subrayaron hoy su disposición a recibir la ayuda humanitaria rusa y transportarla hasta la ciudad de Lugansk a través de territorio bajo control de los rebeldes prorrusos, siempre que Kiev dé su visto bueno. "Estamos discutiendo con la parte ucraniana cómo llevar a cabo esta operación", añadió la Cruz Roja en su nota.

La Cruz Roja ha llamado a ambas partes a no politizar la ayuda humanitaria para la población en la zona de conflicto, donde ya han muerto más de 2.000 civiles, unos 600 soldados ucranianos y un número indeterminado de milicianos rebeldes. "La concesión de la ayuda humanitaria debe efectuarse con el beneplácito de todas las partes interesadas y bajo la égida del Comité Internacional de la Cruz Roja", comentó al respecto Stephan Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU.

En cuanto a las suspicacias sobre que el convoy es un pretexto para una intervención humanitaria rusa, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró hoy que Rusia hará todo lo que pueda para que el conflicto en el este de Ucrania "termine cuanto antes". Ucrania "ha desembocado en un caos sangriento, en un conflicto fratricida", y "en el este de Ucrania se ha producido una gran catástrofe humanitaria", destacó. "Han muerto miles de personas, cientos de miles se han convertido en refugiados y han perdido literalmente todo", añadió.

Según una encuesta del Centro Levada, el porcentaje de rusos que apoyaba una invasión del país vecino se ha visto reducido del 40 al 26 por ciento desde junio. Mientras, un 90 por ciento sigue abogando por el envío de ayuda humanitaria para los habitantes de Donetsk y Lugansk, muchos de cuyos habitantes han abandonado la zona con destino a territorio ruso, incluida la península de Crimea, anexionada por Rusia a Ucrania.

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