El espejo de Cáritas

CÁRITAS ES UNA DE LAS ASOCIACIONES MEJOR VALORADAS por la opinión pública. Los datos que aporta la información que abre las páginas locales de Lugo son alarmantes: quinientas familias en Lugo necesitan la ayuda de Cáritas para pagar el alquiler o la hipoteca. Son los datos del lado más crudo de la crisis económica. Sin demagogias, pero desde la responsabilidad, son una llamada a la solidaridad y piden que exijamos responsabilidades a quienes tienen la obligación de gobernar y han permitido que se llegase a esta situación. No es sólo una responsabilidad política; hay más y probablemente de mayor calado en nuestra sociedad. Pero la responsabilidad política no se puede ocultar, máxime cuando en el horizonte inmediato o más lejano no aparece luz alguna. Que la fiesta se ha acabado lo reflejan las cifras de Cáritas: 100 familias reciben la comida cada día en Lugo. Ése es el espejo real de la sociedad que entre todos edificamos.

RECTIFICAR
La marcha atrás del Gobierno en la prohibición a los ayuntamientos para pedir créditos hasta 2012 y la capacidad de presentar a la opinión pública, de la tarde a la mañana, este cambio de criterio como algo absolutamente normal supera lo imaginable y hace temer lo peor. La valoración de la medida concreta del Gobierno es una cuestión opinable e incluso pudiera ser injusta, tal como sostenían algunos alcaldes. Pero ese asunto pasa a segundo término ante el comportamiento del Gobierno con la adopción y la marcha atrás en menos de 24 horas para rectificar la medida y aplazarla al próximo año. Un Gobierno no puede variar de criterio de esta manera. Hay dos explicaciones y las dos son pésimas. O no se estudió en serio antes de decidir publicarla en el Boletín Oficial del Estado o las presiones de quien sea obligaron a rectificar inmediatamente. Manda, claro está, quien obligó a rectificar.

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