El Down no es un impedimento

Un grupo de 15 jóvenes afectados por este síndrome, que realiza un curso de baristas en Santiago, aprendió a servir un desayuno en el Parador de Monforte y conoció una bodega
Los jóvenes, durante su estancia en el Parador de Monforte
photo_camera Los jóvenes, durante su estancia en el Parador de Monforte

Los servicios turísticos que se ofrecen en la Ribeira Sacra son parte del gran nicho de empleo que está en desarrollo en la comarca. Profesionales del sector de distintos puntos de Galicia y del exterior lo ven como parte de su futuro. Las personas con alguna discapacidad también forman parte de ese conjunto. Entre ellas están las que tienen síndrome de Down. Un grupo de 15 jóvenes del colectivo de Compostela se adentró ayer en el Parador de Monforte y en una bodega de Doade para conocer la base de sus posibles trabajos. El resultado es "incluso mejor que con otras personas sin problemas", dijo un profesional que siguió la experiencia.

La salida del centro la Fundación Síndrome de Down de Compostela fue un complemento al curso de operaciones básicas de restaurante y bar que realizan once hombres y tres mujeres, de edades comprendidas entre los 18 y 30 años. "Con este viaje de estudios se trataba de que el grupo asistiese al desmontaje y preparación del comedor del Parador para servir un desayuno. Ya eran conocedores de esta tarea y por eso en algunos momentos también hicieron varias correcciones", dijo Juan Villar, tesorero de la agrupación, que les acompañó.

Eso fue una práctica por la mañana, a primera hora, pero antes de comer en A Cantina de Doade (Sober) estuvieron en la bodega Regina Viarum, a pocos metros. "Allí se les explicó la elaboración del vino desde el cuidado de la viña hasta la vinificación y la cata. Como eso fue lo más práctico, gustó. Dieron cuenta de su metodología en la sala del Parador y después, en la bodega, descubrieron un mundo nuevo para ellos, como es el descorche, servicio y cata, en la que dejaron claro que perciben enseguida las características y que les quedan grabadas mejor que a la gente corriente".

La salida terminó con un viaje en el tren turístico después de la comida. En ese periplo percibieron las dificultades del terreno donde se cultivan las viñas y se elabora el vino, sobre el que comentaron que "está muy rico".

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