Un mundo que aspira a conseguir la perfección

El despegue total del instituto de Vegadeo

Trece alumnos del IES Elisa y Luis Villamil participaron en un viaje a Barcelona organizado por Vueling para conocer los entresijos del mundo de la aviación civil
Los chicos pudieron ver la cabina del Airbus A320
photo_camera Los chicos pudieron ver la cabina del Airbus A320

UN GRUPO de trece alumnos del instituto Elisa y Luis Villamil de Vegadeo fueron destinatarios privilegiados de una iniciativa de su instituto en colaboración con la empresa Vueling consistente en llevárselos desde el aeropuerto de Asturias al de Barcelona en un vuelo regular y, una vez allí, conocer todos los entresijos del mundo de la aviación civil: desde cómo trabajan los controladores aéreos, cómo se forman, la existencia de aerovías para que circulen los aviones, cómo se prioriza su aterrizaje, cómo se entrena un piloto o una tripulante de cabina a cómo se organiza un viaje un avión desde el punto de vista de la propia empresa. E incluso saber algo más del overbooking.

Todo ello formó parte de una iniciativa pionera en todo el Occidente de Asturias y A Mariña lucense que no sería posible sin la absoluta implicación de Vueling, que gestionó una visita de este grupo de alumnos, acompañados de los profesores José Reiriz y Mercedes Martínez, de una forma totalmente puntillosa.

Álvaro García (cuarto de Eso): "Es increíble la gente que trabaja en esto, da la sensación de que lo hacen casi como si fuera algo de un videojuego"



La primera sorpresa se la encontraron en el propio aeropuerto de Avilés antes de despegar. La aeronave que los iba a transportar, un Airbus A320, no llevaba un tripulante cualquiera. El coordinador del foro Comunicación y Escuela del instituto veigueño, Luis Felipe Fernández, consiguió que el piloto fuese un vecino de la propia localidad de Vegadeo: Julio Fernández. Se dio además la circunstancia de que él también había sido alumno del instituto organizador.

Antes de despegar, Julio Fernández contaba que lleva ya más de dos años trabajando para Vueling y diez como piloto. Reconoce que "para conseguirlo, tienes que superar un proceso de formación bastante importante". A pesar de ello apuntaba que en el mundo de la aviación ahora mismo "cada vez hay más posibilidades, muchas más opciones. Es algo que se está abriendo muchísimo".

Jenny González (primero de Bachillerato): "Creí que todo esto iba a ser más pequeño, me llama la atención la cantidad de gente que se dedica a la seguridad" 



El piloto comentaba que una vez que consigues empezar a trabajar y ya eres piloto "la formación continua es lo más importante. Siempre tienes que estar aprendiendo cosas nuevas. Esto es algo que no se para nunca" y con un punto de modestia admitía que bajo su punto de vista "lo nuestro en realidad no es tan complicado. La gente lo ve así, pero se puede hacer. Todos los trabajos son complicados".

BUEN TRABAJO. Julio Fernández cumplió sobradamente su cometido en un vuelo absolutamente plácido desde Avilés a Barcelona. Un viaje sin una sola turbulencia, con un sol primaveral que permitió a los jóvenes admirar los Pirineos a vista de pájaro, todavía nevados en sus cumbres.

Mateo García (cuarto de Eso): "Lo que más me impresionó fue el despegue del avión. De lo otro, no te fijas en todo lo que hay a tu alrededor"



De los trece que viajaban, seis no habían volado nunca. Ninguno de ellos tuvo empacho en admitir que había sido impresionante, especialmente el despegue. Todos coincidieron en que lo que más les impactaba era el despegue. Más que el aterrizaje.

A partir de ahí, comenzó un periplo de la mano de Vueling que les llevó, en primera instancia, al Centro de Control de Tránsito Aéreo situado en Gavá, a poca distancia del aeropuerto de Barcelona-El Prat. Desde allí conocieron cómo se gestiona todo el tráfico de aviones por parte de los controladores aéreos y las grandes instalaciones de las que disponen para ellos. Pudieron ver a varios pilotos formándose en situaciones idénticas a las reales e intuir el elevado grado de responsabilidad que recae sobre ellos. Desde allí se controlan todos los aviones desde que quedan fuera de la vista de la torre de control del aeropuerto.

Noelia Rico (cuarto de Eso): "Es toda una experiencia para la gente que no voló y todo lo que nos enseñaron eran cosas desconocidas"



Posteriormente, visitaron el CAE, un centro de entrenamiento para tripulaciones, tanto pilotos como tripulantes de cabina. Allí realizan sus prácticas en simuladores exactamente iguales que los aviones en los que vuelan.

En el caso de Vueling, cada seis meses los pilotos deben de pasar un examen en el que se evalúa su capacidad para garantizar lo que su director de recursos humanos, al que conocieron, explicó que es su máximo objetivo: la seguridad absoluta.

Rubén López (cuarto de Eso): "Era la primera vez que volaba y lo que más me impresionó fue el despegue. Te deja como planchado en el asiento"



Para acabar hicieron una visita espectacular y que fue de las que más impresionó a los jóvenes, pese a que ya estaban cansados: la visita a un hangar de Vueling donde reparan los aviones. Sus dimensiones causaron admiración entre todos.

El personal con el que fueron tratando, casi en su totalidad, les dejó muy claro que el principal objetivo con el que trabajan es conseguir la seguridad absoluta.

Comentarios