El cura que encontró la bolsa con explosivos comprobó su interior porque le ''extrañó su peso''

Jesús Junquera, el sacerdote que se encontró junto a uno de los confesionarios la bolsa de basura que contenía un artefacto explosivo pensó que se trataba de un olvido, pero al cogerla se extrañó de su peso y al abrirla, de su contenido.

Así lo ha explicado a los periodistas la responsable de comunicación del Arzobispado de Madrid, María Dolores Gamazo, según el relato del cura.

Junquera, que administra el sacramento de la confesión de 12.00 a 13.00 en la catedral, se encontró con la bolsa al salir del confesionario; en un primer momento pensó que se trataba de un olvido, pero cuando intentó cogerla, con la ayuda de un conserje, ambos se extrañaron de que pesara tanto, y al mirar en su interior sospecharon de su contenido, por lo que decidieron llamar a la policía.

Eso ocurrió sobre las 13.10, cuando en el interior de la catedral había "gran cantidad" de personas, según el relato de Junquera, por lo que a continuación se pidió por megafonía el desalojo del templo a todos sus ocupantes, algo que se efectuó con normalidad, según la portavoz del Arzobispado.

"Si ves algo tirado en la catedral no lo vas a dejar allí", se justificó el sacerdote para explicar por qué había cogido la bolsa, quien también añadió que esta fue la primera vez que se haya un explosivo en la catedral.

El sacerdote dijo primero a los periodistas que el interior de la catedral no dispone de cámaras, aunque después matizó que "no estaban funcionando".

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