El Concello de Viveiro ordenó tapar los restos de la antigua muralla medieval de la ciudad para evitar el comportamiento incívico de los vecinos que en los últimos días arrojaban basura sobre los muros que estaban a la vista. La entidad local sigue a la espera de que Patrimonio autorice una cata junto a la frutería de la Avenida de Cervantes para ver si es posible situar allí los contenedores subterráneos.
Un grupo de operarios municipales retiró anteayer los desperdicios depositados sobre la zona durante el fin de semana. Trabajadores de la brigada de obras municipal y de la firma Vilasuso Ortegal, que acomete la instalación de los contenedores soterrados en el contorno del casco histórico de la ciudad, efectuaron ayer los trabajos para cubrir con tierra la zona de muralla descubierta cuando se pretendió la instalación de los colectores.
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