El gobierno local le echó ayer un órdago a Urbaser. Si en 48 horas no es capaz de recoger los puntos con alerta sanitaria, incluidos los fétidos residuos que ya llevan 33 días dentro de los contenedores, y barre y baldea las calles, le quitará temporalmente el servicio hasta que se resuelva el conflicto.
No supone la rescisión del contrato. Ese ultimátum se cumplirá el lunes. Si Lugo no deja de oler mal y dar una nauseabunda imagen, entonces el Concello ya le encargaría a Tragsa que realizase todas esas funciones requeridas que no se llevaron a
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