La construcción de la futura residencia de ancianos de la localidad ribadense, que tendrá algo más de 40 plazas, continúa gracias a la financiación aportada por la Diputación Provincial de Lugo. En la mesa de asociaciones vecinales de este verano, seis colectivos le propusieron al alcalde usar otra antigua vivienda de profesores que sigue en pie en la finca para reconvertirla en inmueble que dé cobijo a mujeres víctimas de violencia de género. El regidor, Fernando Suárez, aclaró durante el último pleno municipal, que una de las opciones más barajadas es la de demoler el edificio para ampliar la zona ajardinada de la que disfrutarán los ancianos.
En respuesta a una pregunta formulada por el edil de la Unión do Pobo Ribadense (Upri), Agustín Reymóndez, durante el último pleno municipal, el alcalde respondió que: «Existen varias posibilidades para ese inmoble, desde a demolición para facer xardín ata reconvertila nunha casa auxiliar de servizos para a residencia da terceira idade e mesmo algún uso vinculado cos servizos sociais».
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