El cierre automatizado de la A-8 se inauguró con tres horas de desvío del tráfico

El tramo de O Fiouco estuvo cortado mediante el uso de señales luminosas y semáforos que desviaban al conductor
Señales luminosas, en la calzada y sobre ella para desviar el tráfico
photo_camera Señales luminosas, en la calzada y sobre ella para desviar el tráfico

El cierre del tramo de O Fiouco de la Autovía del Cantábrico (A-8) y los desvíos automatizados, ordenadados mediante paneles y señales lumínicas en la infraestructura, comenzaron a operar este mismo sábado, con las primeras nieblas densas, que obligaron a cortar estos carriles que salvan Mondoñedo durante casi tres horas, entre las siete menos cuarto y las nueve y media de la noche. Y una vez más pasadas las 23.00 horas.

Antes, hacia las cuatro de la tarde, los cielos estaban en la zona totalmente despejados y parte de un carril del viaducto de Lindín, donde se había deteriorado una junta de dilatación del puente, seguía marcado mediante conos para proteger la zona donde todavía se realizan trabajos de reposición. Cabe recordar que el viernes seis vehículos sufrieron pinchazos y otros daños al circular sobre dicha conexión entre el puente y la infraestructura.

Durante dos jornadas, los avisos amarillos por niebla han sido frecuentes en el tramo del Alto do Fiouco. Esta advertencia significa que la visibilidad es menor o igual a los 65 metros de distancia para el conductor, por lo que existe la obligatoriedad de circular a 80 km/h.

La niebla impidió pasar por el Alto do Fiouco durante varias horas

 

Los avisos van ganando intensidad a medida que la niebla se densifica. De ese modo, el siguiente nivel sería el rojo, con un riesgo mayor para circular puesto que la visibilidad es igual o a veces menor de los 40 metros. En estos casos, es obligatorio no rebasar los 60 kilómetros por hora.

Cuando la visibilidad es claramente menor de los 40 metros, conviene cerrar el tramo dados los análisis y pruebas realizadas sobre el control de frenadas y de distancia de seguridad en accidentes, es decir, que no se trata de una tabla que responda a una estimación, sino a datos concretos de los resultados obtenidos en las pruebas de tráfico efectuadas.

Tomando como base el mismo escenario de unas 880 horas de niebla densa, esto es, con la vía cerrada porque no se ve la calzada, que registró la Dirección General de Tráfico mediante y otros equipos instalados, el objetivo con este nuevo sistema automatizado es el de optimizar la operatividad de la vía, es decir, que esté más tiempo en uso para el conductor. El objetivo es pasar de las 1.772 horas perdidas entre detectar el problema y cerrar el vial —fueron las registradas desde septiembre de 2014 a octubre de este año—, a las 886 horas. Con esto, la eficiencia pasaría de ser del 50% de ahora a un 99% en un futuro próximo.

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