El céntimo blaugrana

LO DE LOS contratos y presupuestos mutantes es una singularidad tan española que por eso no lo entienden por ahí fuera, como lo del céntimo sanitario. La última prueba la tenemos en el fichaje de Neymar, que a este paso va a tener que recurrir el Barça a un sucedáneo para ayudar a financiarlo, una especie de céntimo blaugrana sobre los carburantes que se incluya como cláusula en el próximo referéndum soberanista. Y es que la contratación del brasileño empezó con 57 millones de euros y desde entonces no ha parado de crecer en la misma proporción que el presupuesto del nuevo canal de Panamá. Ahora ya va por los 127 millones. Eso sin incluir la sanción de Hacienda ni la multa preventiva que se ha autoimpuesto la propia directiva azulgrana por importe de 12,5 millones de euros, que en eso no es que sean diferentes al resto de los españoles sino al resto de la humanidad y como sigan así no van a poder asociarse ni a Andorra.

La prensa deportiva de Barcelona insinúa que todo es una maniobra orquestada por el Real Madrid, como cuando les robaron a Di Stéfano. Yo sabía que el presidente del Madrid, que por algo se llama Florentino, es muy propenso a las maniobras alambicadas como en la Florencia de los Medicis y los Pazzis, pero en este caso se ha superado, porque si el relato que hacen desde Barcelona es cierto resulta que ha tenido que convencer a un socio del Barça para que presentase la denuncia contra Rosell y que este acabase dimitiendo para crear un vacío de poder y así recuperar el liderato en la Liga y de paso meterle 1-6 al Shalke 0-4, que ya son ganas de conspirar y de liarla.

Por si fuera poco, la denuncia del socio culé se refiere a la sospecha de que se habían ‘distraído’ por el camino, entre Barcelona y Brasil, unos de 30 millones de euros, que ya hace falta ser despistado, que yo lo soy un rato largo y no se me distrae ni un céntimo, y menos cuando salgo de noche, que a saber si me van a hacer falta en según qué local acabe.

Para continuar con la conjura palaciega el caso cayó en manos del juez Pablo Ruz, y como es socio confeso del Madrid (que nada en todo este asunto pasa por casualidad) admitió a trámite la demanda. Lo que no entiendo muy bien es por qué dimitió Sandro Rosell, ya que dijo que estaba deseando fervientemente que admitieran a trámite la querella para poder defenderse, que eso lo dicen todos últimamente cuando el juez Ruz anda por medio, pero para mí que es en plan pose, como Bárcenas, y al final todos se suben por las paredes cuando los imputan.

A principios de los noventa recuerdo también otra conjura contra el FC Barcelona, especialista en esto de atraer desgracias conspirativas, que espero que un día de estos se pongan a investigar Casimiro García Abadillo y Eduardo Inda. Resulta que el Barça de Cruyff llevaba tres Ligas ganadas de forma consecutiva y aquello era algo difícil de soportar para el ‘sistema’, así que Josep Maria Casanovas, director del Sport, detectó la conjura a las primeras de cambio y tras ceder el Dream Team en el Camp Nou un empate que no entraba en el guion, escribió en su editorial que el arbitro (Pajares Paz) había acudido al coliseum azulgrana con una ‘clara consigna centralista’, impedir la victoria del Barça y el cuarto título consecutivo. Por cierto, no sé si se acuerdan, pero el Barça acabó ganando la Liga tras pitar en el último segundo un penalty López Nieto a favor del Deportivo en Riazor para que en el culmen de la ultracontraconspiración Djukic acabase resoplando y fallando desde los once metros. Que esto no lo superaron juntos ni Armada, ni Pardo Zancada ni José Ignacio San Martín en las vísperas del 23-F. Ya me está tardando Jordi Évole.

Pleitos tenga y los gane

No es por disculpar al Barça, pero ojo con los contratos, que los carga el diablo. Yo firmé uno para alquilar un piso con fianza de 2.000 euros cuando me fui a Madrid a presentar La Noche. El dueño al final no me los devolvió, lo denuncié y no solo perdí la fianza sino que me cayeron de regalo las costas, y los gastos de mi abogado, mi procurador y los suyos. A los 2.000 euros perdidos sumé los 300 de mi defensa y 900 de la de mi casero, más las tasas de Gallardón. Para poder pagar me presentaré con uno de estos artículos al Julio Camba, que no piden fianza.

(Artículo publicado en la edición impresa de El Progreso el 3 de marzo de 2014)

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