El camino más largo

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EN JULIO de 1990 cubrí para Radio Popular de la Costa mi primera rueda de prensa. Fue en Sargadelos y la daba un tipo bien singular llamado Xosé Cuíña. Para ir desde la emisora, en Ribadeo, hasta Sargadelos, cogí la unidad móvil que había entonces, un Volvo que consumía gasolina de 95 al ritmo que un F-18 consume queroseno. Tardé 45 minutos en llegar por una carretera infame.

Aquel mismo verano fui a Mondoñedo a un acto que ya no recuerdo en el que estaba la entonces alcaldesa, Emma Valcarce: unos 35 minutos.

Si alguien se pregunta cómo es que recuerdo el tiempo, la cuestión es bien sencilla: en la radio el tiempo es oro. Como faltaban aún unos años para que nos cambiasen la vida con los móviles, entrar en directo y meter unas declaraciones desde una grabadora con un cassette era una auténtica aventura y como no quería meter la pata, procuraba tenerlo todo bien atado. Las mañanas de aquellos veranos las pasé siempre pendiente de un reloj.

Ahora, nótese por favor que pasaron nada menos que 24 años, que por redondear viene a ser un cuarto de siglo, hacer aquel mismo trayecto de Ribadeo a Sargadelos me supone... ¡45 minutos! Y eso que el tramo hasta Barreiros es una flamante autovía.

Así que la pregunta es obvia: ¿Cómo es posible que 24 años después, con 15 kilómetros de autovía finalizados, se tarde lo mismo en recorrer estos, aproximadamente, 45 kilómetros? Si esperan una respuesta, dejen de leer en este mismo punto, porque no tengo ni la más remota idea.

Para ser justos, me encantaría echar parte de la culpa al chovinismo de Manuel Fraga, a quien se le recordará por muchas cosas, entre ellas el cariño a su Vilalba natal, que le llevó a hacer confluir allí todas cuantas vías de comunicación le pasaron por su despacho. Como consecuencia, la denominada autovía del Cantábrico abandona la cornisa que le da nombre para adentrarse en A Chaira dejando sin una comunicación decente toda la parte que va de Barreiros a Ferrol. Tardaremos décadas en dejar de pagar las consecuencias.

Esta decisión estratégica y para nada inocente nunca sabremos cómo se tomó. Lo curioso del debate político al respecto es que, cuando surge, los representantes de nuestros partidos, como por otra parte pasa con casi todo, se las apañan para que no sea culpa de nadie. O si puede ser, para que sea culpa del otro. Incluso a veces pensamos que es culpa nuestra.

Como podrán adivinar, ni se me ocurre qué pasa realmente con esta carretera. Solo sé lo que veo y sufro a diario. Hay una superfábrica en San Ciprián y dos puertos pesqueros gigantescos en Burela y Celeiro. Hay un hospital en Burela y desde luego viven miles y miles de personas entre O Vicedo y Foz. Por otro lado, en La Moncloa estuvieron instalados tiempo suficiente como para arreglar el desaguisado tanto el Partido Popular como el Partido Socialista. En la Xunta de Galicia hubo gobiernos de tres colores, aunque para ser justos, desde 1990 solo cuatro años gobernaron PSOE y BNG en coalición.

Así que no hay mucho que decir, más que constatar que a la gente nadie le hace ni puñetero caso. Si me dieran diez euros por cada información que redacté anunciando mejoras en la carretera de la costa, podría ser accionista minoritario del grupo Iberdrola y diseñar los recibos de la luz de forma todavía más ilegible para después echarle la culpa al Gobierno, que por otra parte alguna seguramente tenga.

Si hace unos años, cuando éramos ricos, no se hizo absolutamente nada, imagino la cara que pondrán ahora si a alguien se le ocurre proponer que habiliten una partida en el Ministerio de Fomento para hacer una carretera en condiciones, que generalmente llamamos ‘corredor’, sin que eso exista más que en nuestro imaginario colectivo.

Todavía peor, en realidad existe un tramo que horadaron con ridículos resultados: una vez se olvidaron allí no sé qué máquina que acabó sepultada por la maleza dando una imagen de lo más lamentable por verídica, dejando en evidencia que no se está haciendo nada de nada.

Y entre medias, como dijo un grupo independiente de Foz hace unos días, la carretera actual parece de otro siglo, aunque nos atreveremos a hacerles una matización, no del siglo XX, sino más bien del XIX.

Mi única esperanza es que con lo de las municipales del año que viene venga por aquí algún cargo y acabe por encajársele el coche en alguna de las zanjas que habrá para entonces, así se apiade de nosotros y finalmente se obre el milagro y tapen los baches con algo que no sea blandiblú.

EL GUSTO ♦ Foz se acerca a tener un puerto con usos de lo más variados

EL ALCALDE de Foz, Javier Castiñeira, puede estar bien contento con un pequeño regalo que le llevó la pasada semana el presidente de Portos de Galicia, consistente en un plan de usos del puerto. Si esto va hacia delante, como debería ser, la localidad podrá disponer de un espacio mucho más aprovechado del que tiene en la actualidad e incluso podría servir para dar abrigo a las poquísimas embarcaciones de bajura que quedan actualmente trabajando en la villa focense. A ver si finalmente se consigue cerrar el círculo de esta demanda fácil de comprender y reiterada por el sector pesquero.

EL DISGUSTO ♦ El alcalde de Cervo montó un buen lío con la Diputación

ALFONSO VILLARES fue de visita a la Diputación y montó una buena que ahora le toca explicar. Entregó el justificante de pago de una multa que luego resultó que llevaba dos años pagada. Al menos aparentemente el alcalde de Cervo comentó que el dinero lo pagó el Ayuntamiento, cuando hay un acta de recepción firmada por él que dice que en realidad pagó una empresa. Villares anticipó que esta semana dará una rueda de prensa para aclarar qué sucedió en realidad. Sea como sea, está claro que el Concello de Cervo y la Diputación parecen no poder tener más de dos o tres meses de tregua.

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