La condición de Sarria de villa jacobea no sólo conlleva la proliferación de albergues y demás servicios para los peregrinos sino también el aumento de los usuarios de la estación de tren. Aunque resulta inviable cuantificar el número de caminantes que llegan a la villa en este medio de transporte, el movimiento de mochilas es continuo y quienes lo ven de cerca dan fe de ello. Sólo en la mañana de ayer, alrededor de medio millar de personas se apearon en la estación sarriana, de las cuales la mayoría se disponía «a hacer el Camino», señalan fuentes de Renfe. De hecho, el tren matutino procedente de Madrid quedó «casi vacío» al llegar a la villa.
La razón hay que buscarla en la propia situación geográfica de Sarria, que la convierte en el lugar predilecto para iniciar la peregrinación y recorrer a pie el mínimo de cien kilómetros necesarios para obtener la ‘compostela’.
VERANO
El uso del tren por parte de los peregrinos comenzó a ganar terreno en el Año Santo de 1993 y, desde entonces, ha ido en aumento. Hoy por hoy, los caminantes son mayoría frente a los turistas y superan con creces a aquellas personas que tradicionalmente utilizan el ferrocarril para regresar a su municipio natal durante el verano. Julio y agosto son los meses por excelencia en los que los emigrados llegan a la estación sarriana para disfrutar de unos días de descanso en familia, pero esta tendencia va en decadencia. Cada vez este tipo de viajero se deja ver menos en los vagones mientras los convoyes de largo recorrido transportan a más peregrinos durante todo el año y principalmente en la época estival, sin que exista un refuerzo de trenes para la demanda.
Aquellos que conectan con Barcelona, Madrid y el País Vasco -todos con parada diaria en Sarria, excepto el de Madrid que no circula los sábados por la noche- son elegidos por muchas personas dispuestas a hacer el Camino Francés a Compostela. Transportan a viajeros procedentes de estos tres puntos pero también de otras comunidades como La Rioja, Castilla-León o toda la zona de Levante, junto con usuarios que llegan en avión desde el extranjero a Madrid o Barcelona y utilizan el ferrocarril para recorrer el trayecto restante que les separa de Sarria.
BICICLETAS
El único inconveniente es para aquellos que se decantan por la bicicleta para hacer el Camino dado que, por norma general, no se permite subirlas al tren por falta de espacio, ausencia de zonas específicas para su depósito y seguridad del resto de pasajeros, salvo que las bicicletas vayan plegadas y en bolsas de transporte, entre otros requisitos.
Del mismo modo que el tren es utilizado por muchos peregrinos -tanto para llegar a Sarria como para regresar una vez finalizada la peregrinación-, el autocar es otro modo de transporte en auge entre los romeros. Los propios usuarios de la estación de autobuses de la villa constatan un alto número de caminantes, sobre todo en el bus procedente de la capital lucense. «Casi todos los días, la mayor parte de los pasajeros, cargados con mochilas, se apean al llegar a Sarria», explica una viajera.
PROMOCIÓN
Niños de Guitiriz viajan hasta Sarria en ferrocarril
Cerca de cuarenta niños de Guitiriz viajaron ayer en tren hasta Sarria para promocionar este medio de transporte y disfrutar de una jornada de ocio en la villa. La iniciativa fue organizada por el Concello de Guitiriz, cuya alcaldesa, Regina Polín, acompañó a los jóvenes en la expedición junto con tres monitores, encargados de velar por los 36 menores de 7 a 12 años que participaron en el excursión.
Sostenibilidad
«Con este viaje pretendemos que los niños conozcan el tren, además de potenciar los desplazamientos en este medio de transporte sostenible, por ser de los que menos contamina y uno de los más seguros», señaló la alcaldesa. Polín también agradeció el recibimiento dispensado por los sarrianos en las personas del alcalde, Claudio Garrido, y la concejala del área de servizos sociales, Violeta Bernardo, que les acompañó en su estancia.
Deportes
Los niños llegaron a Sarria por la mañana y emprendieron el regreso en tren a Guitiriz a las siete de la tarde. Durante el tiempo que permanecieron en la villa disfrutaron de varios juegos y de la zona deportiva. Así, se bañaron en las piscinas municipales e hicieron uso de las diversas pistas polideportivas. Para la comida, aprovecharon el entorno del parque de O Chanto.
