El calor empaña el arranque de la temporada de caza menor en Lugo

La campaña comienza con pocas capturas debido a las altas temperaturas y al escaso número de piezas. "El día fue horroroso", afirma Pérez-Batallón, del tecor de Carballido
Un cazador muestra una de sus capturas
photo_camera Un cazador muestra una de sus capturas

El fuerte calor y la sequedad marcaron el inicio de la temporada de caza menor en la provincia de Lugo. Estos adversarios, eso sí, no impidieron que muchos cazadores salieran al monte en busca de conejos, perdices o codornices. Y aunque la escasez de ejemplares impidió que las recompensas fueran mayores, el día finalizó con la captura de las primeras piezas del curso.

Manuel Casares, presidente del coto de caza Val de Lemos, explicó que fueron "bastantes" las personas que se animaron a cazar en el primer día de la temporada: "A xente divertiuse. E divertirse é cobrar unha ou dúas pezas.... Afortunadamente non se cobraron moitas xa que haberá que deixar algunhas para os próximos días", bromeó sobre la escasez de animales.

Casares contó cómo las condiciones meteorológicas no ayudaron en el inicio de un curso ya de por sí complicado por el bajo número de piezas: "O terreo está moi mal. Está todo moi seco, e os cans levan mal o rastro. Aínda que pareza que non, entre a maleza fai moita temperatura e eso esgota aos cans", indicó el cazador.

"Os que son veteráns saben que o día está moi malo, tanto para as persoas como para os cans. E non só pola calor. O fume dos lumes de todo ao redor tamén influiron. Afortunadamente aquí non nos afectaron os incendios, pero si o fume e a cinza. Ás cinco da tarde parecían as oito", aseguró Casares.

Agustín Pérez-Batallón, del tecor de Carballido, en la parroquia lucense de Bóveda, también se lamentó por el excesivo calor que hubo en toda la provincia: "El día fue horroroso. Con toda la sequía que arrastramos y el aire cálido, es imposible. Yo creo que la gente salió más por el ‘mono’, por ser la fiesta de apertura y por estar con los compañeros que por otra cosa", comentó el batidor.

"Eu estiven en Antas de Ulla, e cacei unha codorniz. Os meus compañeiros de Carballido comentáronme que caeron algunha perdiz e algún coello", añadió Pérez-Batallón.

Vidal López, del Tecor de O Picato, fue bastante pesimista con la temporada, que finalizará el próximo seis de enero: "Non creo que vaia a ser o mellor dos anos. Hai moi poucas pezas. Nós matamos un conexo, pero houbo xente que saliu que non conseguiu matar nada. Xa non saliron moitos, pero a maioría non logrou nada", aseguró López.

El cazador de O Picato cree que la escasez es aún mayor en los conejos: "Eu penso que hai máis perdiz que coello. Aquí a maioría somos cazadores de coello, e xa saes ao coello, Pero creo que a perdiz criou bastante ben. Tamén quizais o coello, pero con tanta peste é imposible. Se non hai, non se pode cazar", comentó López.

"Pode ser que a calor tamén influira. Pero vese que hai un futuro pequeno", añadió el aficionado a la caza.

La temporada, como cuenta Vidal López, quizás no invite al mayor de los optimismos, aunque muchos aficionados salieron igualmente para festejar el comienzo de curso.

Las reuniones con otros cazadores, las comidas entre la naturaleza y los rituales propios de una tradición tan arraigada seguirán fluyendo por los montes lucenses hasta el próximo mes de enero, cuando finalice la temporada. Y entonces muchos contarán las horas para que comience nuevamente, sea cual sea el tamaño de la vitrina.

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