El borrador de la normativa del rastrillo de Monforte no gusta a los vendedores

Aseguran que no pueden financiar los permisos y seguros que les pediría el Concello y que el mercado perdería su espíritu original
Uno de los puestos instalados en el mercado de este domingo
photo_camera Uno de los puestos instalados en el mercado de este domingo

Hace unos días, el Ayuntamiento de Monforte hizo público el borrador de una ordenanza para regular el rastrillo que se celebra los domingos en el parque de Os Condes. En la edición celebrada este domingo, la primera tras conocerse el documento, la mayoría de los vendedores coincidían en que el texto no se puede asumir por la cantidad de permisos, seguros y licencias que se les exigen. 

El punto número cinco del borrador propone que aquellos que quieran instalar un puesto en el rastro deben estar dados de alta en el registro de actividad como vendedores ambulantes, estar al corriente de los pagos de la Seguridad Social y contar con un seguro de responsabilidad civil. Los vendedores aseguran que se acabará con la actividad porque la mayoría no reúne los requisitos. Insisten en que los cuatro mercados que hay al mes no les reportan los ingresos suficientes para darse de alta como autónomos, aunque sea por días, y para hacer frente a los costes de gestión del resto del papeleo. Añaden que este punto va contra el espíritu inicial del rastrillo, que se planteó para que los particulares diesen salida a los artículos de segunda mano o producidos de manera artesanal. El rechazo a esta cuestión lo comparten tanto los vendedores integrados en la asociación del rastrillo como los independientes. 

Hay otro aspecto del borrador que también genera controversia. El punto tres explica que habrá un total de 24 puestos debajo de la pérgola del parque, a razón de 3,15 metros cada puesto. Aquí hay división de opiniones, unos consideran que esos metros no son suficientes y otros, la mayoría, apuntan a que los puestos deberían limitarse a dos metros para evitar que unos pocos copen todo el espacio. 

ASPECTOS POSITIVOS. Aunque el borrador genera rechazo por el tema de los permisos, hay alguna cuestión que tiene apoyos. La mayoría de los vendedores, está a favor de que se prohíba (como recoge el punto 6.2) el acceso de vehículos a la zona de venta para preservar la integridad del parque y que la actividad se haga de manera manual. Si bien, algún vendedor a título individual, quiso aclarar que algunos de los desperfectos que hay en el lateral del espacio verde se ocasionaron cuando se metió maquinaria para instalar la pérgola y que no se les pueden achacar a ellos. 

El borrador contempla que se vendan artículos de artesanía, antigüedades, excedentes de huerta, segunda mano y productos de panadería, pero los propietarios de los puestos piden que en el caso de la panadería el texto especifique que se trate de pan casero. 

Manuel Fernández tiene un puesto de verdura en el mercado y ayer comentaba que "veño dende o inicio. Formo parte da asociación e non entendo os permisos que nos piden no borrador. Non se axusta á nosa realidade, que somos xente do campo que vén aquí vender uns excedentes catro días ao mes". En este sentido, añadía que "tamén creo que o espazo que deixan para os postos é demasiado, con dous metros por posto é suficiente, eu teño esas dimensións e chéganme". 

De una opinión semejante es Raquel Rodil, que regenta un puesto de artesanía. "Considero que lo de los permisos van en contra del espíritu del mercadillo y que la normativa debería limitar todavía más el espacio de los puestos", señala, para añadir que "también se debería de especificar que los artículos de panadería deberían ser caseros, porque hubo años que aquí se pusieron a la venta roscones de Reyes comprados en supermercados". 

Por su parte, Samuel Piñeiro, que vende artículos usados, opinaba que "el borrador tiene puntos positivos como las actividades que recoge o limitar el espacio por puesto en la pérgola, pero lo de los permisos nos hunde".

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