El bonito está servido

Los primeros túnidos de la campaña ya llegaron a las lonjas y a los restaurantes mariñanos ►Los precios son los habituales de épocas de escaseza, pero la calidad sigue garantizada
Bonito elaborado en el restaurante Palacio de Cristal, en Burela
photo_camera Bonito elaborado en el restaurante Palacio de Cristal, en Burela

Las lonjas comienzan a recibir los primeros bonitos de esta campaña. Y también a los restaurantes. A Burela llegaron primero cuatro boniteros de una tacada pero continúan llegando más y esto implica que tanto a nuestras pescaderías como a los restaurantes llegan también las primeras piezas de uno de los pescados más valorados por el público. En el caso de los boniteros mariñanos, este año hay un objetivo relativamente claro: que la campaña de 2016 sea solo un mal recuerdo.

Por ahora, los precios que se están alcanzando son interesantes y aceptables para todos, pescadores y consumidores. Este mismo jueves, en Burela, el bonito se vendía a un precio que oscilaba entre los 6,65 euros por kilo de los más baratos y los 11,05 de los más caros. El mono, los más pequeños, se cotizaron a un precio que iba de los 2,20 a los 5,90 euros.

Con estos precios y en una campaña que por el momento es una incógnita, ya que acaba de comenzar y debería durar hasta finales de septiembre, los restaurantes ya pueden actualizar sus cartas, porque disponen de un buen producto, fresco y tradicional, que ofrecer a sus clientes.

El bonito ofrece muchas opciones desde el punto de vista gastronómico, pero a la hora de la verdad cuando está en temporada y es fresco, su elaboración a la plancha es la que más solicitan los comensales, ya que al final es la que conserva su sabor de un modo más fiable y gustoso.

Su elaboración exige cierta maestría, pero en todo caso está siempre precedida por la sencillez, tanto en el propio bonito como en el acompañamiento con el que se sirve: normalmente patatas y ensalada, no necesita más.

La trascendencia de esta campaña es grande en la comarca mariñana ya que va mucho más allá de los resultados que pueda alcanzar el sector pesquero en la comarca. Conseguir cerrar una buena campaña de bonito repercute económicamente en toda la zona y es un aliciente turístico más, ya que tanto Celeiro como especialmente Burela se conocen cada vez más por ser puntos donde disfrutarlo recién pescado.

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