Los propietarios de las estaciones de servicio de A Mariña lucense también lo están pasando mal, debido a la depresión económica. El incremento de los precios del combustible provocó un efecto rebote en sus negocios, puesto que al reducirse el consumo que efectúan los particulares y las empresas, ven como descienden sus ingresos de manera acusada.
El responsable de la gasolinera de Foz, Manuel Ron López, asegura que «de momento aguantamos e non rebaixamos plantilla, pero a nosa conta de resultados é un 7% inferior á do ano pasado». A pesar de esa importante disminución, su situación no es la peor, porque «hai compañeiros que baixaron un 20%», apunta. Por ahora, todos optan por mantener los puestos de trabajo, «porque o servicio hai que dalo. Por iso, estamos apretando o cinto a ver se pasamos este ano e o vindeiro remonta», recalca.
La disminución en la facturación de las estaciones de servicio se debe al menor consumo de combustible, que descendió tanto entre los particulares como entre las empresas. Ambos reducen los viajes en lo posible para rebajar los gastos por este concepto. «Varios autónomos diminuiron o número de vehículos que empregan e tamén a plantilla, polo que deixaron de andar con varios coches».
La mayor parte de los usuarios de casi todas las gasolineras son particulares, aunque también cuentan con pequeñas empresas y autobuses escolares o que realizan algún servicio discrecional, que deben prestar de manera obligatoria, por lo que no pueden evitar el repostaje. «Antes tirábase máis do coche, agora vaise andando ou en bicicleta», según explica Ron, quien estima que «un traballador gasta uns 300 euros ó mes en combustible, que é moito, e por iso se retrae o consumo».
La subida de los precios también motivó cambios en el comportamiento de los usuarios. Así, ahora es rara la persona que llena el depósito. «A maioría botan 20 euros, aínda que tamén os hai que poñen 5, 10 ou 30», reconocen en las gasolineras. El propietario de la estación Buenavista en Viveiro, Ramón Otero, explica que «nótase que en vez de encher os depósitos botan 15 ou 20 euros, consúmese algo menos, porque non se anda tanto en coche».
La gasolina se lleva la peor parte, porque su consumo es el que más desciende, aparte de que los vehículos que utilizan este combustible, consumen más. El hecho de que cada vez hay menos automóviles que la emplean también contribuye a la disminución. El gasóleo subió unos siete céntimos en lo que va de año, lo que supone un incremento del 7% desde principios de año, y la diferencia de precio entre este y la gasolina cada vez es menor. El gerente de la estación focense estima que el 70% de lo que venden es diésel.
La llegada del fin de mes incide asimismo de manera negativa en el consumo. En este sentido, desde las estaciones de servicio indican que a partir del día 20 se nota el descenso y la reducción de las salidas. Esto provoca que las gasolineras traten de diversificar, en la medida de lo posible, sus áreas de trabajo. Así, también surten de gasóleo agrícola y para calefacción.
Efectos
La desaparición de la zona de empresas grandes que trabajaban en infraestructuras como la Autovía do Cantábrico, ahora abierta hasta la salida de Lourenzá, conlleva la retirada de estas firmas a la zona de Mondoñedo, por lo que los gastos que realizan ya no repercuten en la zona oriental y la mayor parte de la central de A Mariña, también lleva aparejada una disminución del consumo. La situación del sector agrario tampoco beneficia el repunte de la venta de combustibles.
El bajón en el trabajo que experimenta el sector del transporte supone asimismo un menor movimiento de camiones. Los empleados de las gasolineras no dejan de escuchar quejas de lo caro que está el combustible.
Europa
El gerente de la estación ubicada en el polígono de Camba, en Xove, Amador García, destaca que los precios siguen al alza. «Co bloqueo de Irán aínda se vai incrementar bastante, a parte de que o Goberno central vai subir os impostos, porque a tendencia é a equipararnos co resto de países de Europa, xa que se te fixas en Portugal está 10 céntimos por riba».
El incremento del precio del gasóleo hasta los 1,50 euros implicará una contracción todavía mayor de la economía, cuya primera consecuencia consistirá en una disminución aún más evidente de la utilización de los vehículos y de manera paralela a ésta del consumo de combustibles, «porque as circunstancias non o permiten, xa que sube todo menos os salarios», según comenta el responsable de la estación xovense, quien subraya «qué importa que un día baixe, se logo sube, tres ou catro ».
Encuesta Begoña Pérez, dependienta Eduardo Ramos, pintor |