La eclosión de las avispas fue más tardía y se ceba con la fruta madura

El aumento de nidos de velutina preocupa ante la llegada del otoño

Algunos ayuntamientos dicen estar "desbordados" por la cantidad de avisos, aunque desde la Xunta no ven un "crecemento exponencial". En un barrio de Santa Cilla, en Foz, se contabilizan 8 en un radio de un kilómetro y los vecinos critican que "levamos un mes agardando"
Nido de velutinas en una higuera en Foz
photo_camera Nido de velutinas en una higuera en Foz

La presencia de nidos de avispas velutinas en la comarca está generando alarma en algunas poblaciones, aunque la situación no es diferente a otros años. "Pode que está medrando algo a presenza de niños, pero dende logo non de forma exponencial", aseveran desde la Consellería de Medio Rural, donde ya son cerca de 900 los nidos retirados en lo que va de año en la provincia, una décima parte de los retirados en toda Galicia.

La comarca de A Mariña es la más afectada de todo Lugo por la presencia de estas especies invasoras, contras las que a veces parece que se tiene la batalla perdida, a pesar de los muchos esfuerzos que se realizan desde las administraciones. Son varias las implicadas en su erradicación, dentro del Plan de vixiancia e control puesto en marcha por la Xunta, y en la que están Medio Rural y Medio Ambiente, además de la de Presidencia, a través de los grupos de emerxencia municipal (GES).

Los dos existentes en la zona, el de A Pontenova y el de Cervo, coordinan la retirada en nueve de los dieciséis concellos. El cervense se ocupa, además de Burela, Xove, O Valadouro y Alfoz.

Los avisos, en la medida de lo posible, se tratan de atender en función de si hay riesgo para la salud de las personas, por lo que la presencia de velutinas junto a casas habitadas o con personas alérgicas suele ser más ágil. También hay que tener en cuenta que no en todos los casos la retirada requiere los mismos efectivos. "No es lo mismo un nido en una ventana de una casa habitada que en una cornisa o en un árbol a cuarenta metros de altura", recalcan desde el GES cervense, donde a veces debe recurrir al camión de los bomberos para poder llegar a la altura requerida.

En ocasiones, los efectivos dejan inactivo el nido, aunque no lo lleguen a retirar, pero con la seguidad de que tras ponerle un tóxico no volverá a ser ocupados. Unos nidos por los que en ocasiones se vuelve a pasar aviso, a pesar de que ya no suponen un problema.

El buen tiempo está llevando a que sean más los nidos que fabriquen y lo peor está aún por llegar, pues los expertos auguran un otoño caliente "coa caída da folla".

"Se agora temos ente 15 e 20 avisos diarios, en breve van ser corenta", teme Francisco Martínez Bermúdez, teniente de alcalde en A Pontenova, donde el otro GES cubre las demandas de Trabada, Lourenzá y Riotorto, además de Meira, aunque este último no forma parte ya de A Mariña.

"O certo é que estamos desbordados e agora mesmo debemos ter 200 avisos en espera", asevera Martínez, quien recalca que a los medios del GES suma un camión municipal con un cesto para facilitar la retirada de los nidos, pues "para nós unha maneira de facer as cousas é axudando". Una colaboración que reclama también de la Xunta, consciente de que "se non tomas medidas isto non se revolve", para lo que pide más medios y personal cualificado.

CELERIDAD. Algunos vecinos no saben ya qué hacer y piden celeridad en las actuaciones. "Cando chamamos hai un mes contamos seis niños nun radio dun quilómetro e agora son xa oito", afirma con desesperación Juan Prado, del barrio de Folgoso, en la parroquia focense de Santa Cilla, quien demanda que alguien se haga cargo de su eliminación.

Nidos que están en un nogal, en una parra, en el campo, pero también en la ventana de una vivienda, señala, al tiempo que tema que la cosa vaya a peor. "A un veciño xa lle mataron as abellas e a ver cando comece a haber froito", lamenta. En la parroquia vivariense de Faro hay al menos otros cinco de gran tamaño y ya muy visibles.

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