El Atlético fastidia el chiste

Al Atlético de Madrid le ha dado esta temporada por fastidiar un gran chiste en relación al brutal dominio ejercido por Barcelona y Real Madrid durante los últimos años en la Liga Española. Según el chascarrillo no se veía tanta diferencia entre los dos primeros y el tercero desde los hijos de Paquirri.

Pero el Atlético de Madrid resiste, y no a un ritmo cualquiera, sino al que Real Madrid y Barcelona han puesto de moda en los últimos años, el de las ligas de los 100 puntos, una cifra que hace poco sonaba a ciencia ficción. Pero nada invita a pensar que el equipo de Simeone vaya a descolgarse de la cabeza del pelotón. Tal vez el desgaste de la Champions le pase factura a medida que se acerque el tramo decisivo de la Liga, pero por lo de pronto aguanta hasta sin los goles de Diego Costa.

La Liga está de enhorabuena con la candidatura al título del Atlético de Madrid. En este cuento, los hermanos Fran y Cayetano Rivera se parecen cada vez más a Paquirrín.

Milagro en el país de la Liga más rara del mundo

Que España gane una medalla de bronce en un Europeo de balonmano en los tiempos que corren es algo parecido a que Marruecos la consiga en un Mundial de hockey sobre hielo. En el reino de Mohammed VI no hay Liga de hockey sobre hielo, y en el de Juan Carlos I la de balonmano es la más rara del mundo.

La Liga Asobal cuenta con el que posiblemente es el mejor equipo del mundo, el Barcelona, pero tras él se extiende un desierto en el que Manolo Cadenas no encontrará agua por mucho que escarbe.

La plantilla que acabó tercera el Mundial de Dinamarca estaba formada por cinco jugadores del Barcelona, cinco que militan en la Liga francesa, tres en la alemana, uno en la danesa, otro en la húngara y otro en la polaca.

Sin duda, no queda otra que asombrase ante el éxito logrado, pero el problema surge cuando se mira al futuro. Cuesta creer que esos jugadores tengan recambio en un país que le ha dado la espalda al balonmano.

Ya no se pide una Liga como la alemana, que llena cada semana pabellones de 10.000 espectadores, o audiencias como en Dinamarca, donde el duelo ante España del pasado Europeo registró un 75% de share, pero un deporte que da tantas alegrías no se merece la vida que está viviendo.

Ya solo falta que Artur Más se salga con la suya y el Barcelona se marche a la Liga catalana... menudo panorama.

Durant, la obra maestra del doctor Frankenstein

Lo dijo el otro día Pau Gasol y tiene toda la razón. Kevin Durant parece haberse escapado de un videojuego. Lo sabe bien el jugador de los Lakers, que tiene la suerte de verse las caras con él, aunque últimamente sea más bien una desgracia. El alero de los Oklahoma City Thunder lleva diez partidos anotando al menos 30 puntos, en una racha que incluyó exhibiciones de 46, 48 y 54 puntos.

Si el doctor Frankenstein fuese un loco del baloncesto y pudiera escoger las piezas que quisiera para fabrica el jugador perfecto, el monstruo resultante sería muy parecido a Kevin Durant. 208 centímetros de alto, más de 220 de envergadura, una piernas larguísimas para cruzar la cancha en media docena de zancadas, un cerebro programado para meter la pelota en la cesta...

Cuando Kevin Garnett llegó a la NBA en 1995, Andrés Montes, el malogrado comentarista de Canal plus, le puso el mote de Siglo XXI Garnett. Y acertó, fue una especie de prototipo que ahora ha mejorado Durant. Para simplificar podían haber sido bautizados como Kevin y Kevin 2.0. ¿Será capaz de el doctor Frankenstein de construir un Kevin 3.0?

Comentarios