La aventura coreana del sudafricano Oscar Pistorius, que este domingo entró en la historia del atletismo al ser el primer discapacitado que compite en unos Mundiales absolutos, terminó este lunes en las semifinales de 400 metros.
Pistorius necesitaba llegar en uno de los dos primeros puestos de su serie para acceder a la final o acreditar uno de los dos mejores tiempos entre los perdedores, pero su octavo y último puesto, con una marca de 46.19, le dejó fuera del torneo.
El sudafricano se lleva a casa un imborrable recuerdo de Daegu y dos grandes ovaciones del público, cuando fue enfocado por la cámara antes de sus dos carreras.
Las semifinales de 400 metros presentaban dos puntos de interés morboso: el estadounidense LaShawn Merrit, a quien una reducción de tres meses en su sanción de dos años por dopaje le ha permitido defender su corona en Daegu, y Oscar Pistorius y sus cuchillas en lugar de piernas.
Si ayer, domingo, Pistorius entró en la historia, no sólo por su mera presencia, sino porque se ganó un puesto en las semifinales, este lunes se encontró frente a sus límites y no pudo seguir adelante.
Pistorius corre con prótesis de fibra de carbono en sus dos piernas amputadas gracias a un fallo favorable del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) que revocó el veto que le había impuesto la Federación Internacional (IAAF) por considerar que las prótesis en forma de gancho, actuando como muelles propulsores, le conceden ventaja frente a sus adversarios. Algunos expertos calculan ese beneficio en diez segundos.