El agresor será cambiado de residencia

El anciano atacado en el asilo de Burela está ingresado en la Uci del Hula

Su hija critica la falta de vigilancia en el centro y no descarta denunciar negligencia médica

El anciano José González Varela, de 74 años de edad, atacado esta semana en el geriátrico de Burela por otro interno, sufre fractura de cráneo y al cierre de la edición de este jueves permanecía en la Uci del Hula lucense, tras haber sido operado de urgencia el miércoles. Su hija, María José González Antolín, afincada en Lugo, negó ayer que hubiese una pelea previa entre ambos residentes, avanzó que ampliará la denuncia interpuesta contra el atacante ante la Guardia Civil, al ser las lesiones de su padre más graves que las que figuraban en el primer diagnóstico, y no descarta denunciar al personal sanitario responsable del mismo, ya que en un primer momento el lesionado recibió solo "cuatro puntos de sutura" en el Hospital da Costa burelés. 

La agresión se produjo el lunes, cuando José González recibió varios golpes en la cabeza, con un bastón, por parte de otro residente a las puertas del centro. "Mi padre me dijo que no hubo bronca antes, simplemente salió a fumar a la entrada y su agresor se metió con él", subrayó. María José aseguró que en los 13 años que lleva su padre en Burela -es natural de O Corgo- nunca tuvo problemas, pero apunta que, según le han dicho, el atacante se ha mostrado otras veces agresivo y criticó la falta de vigilancia en la residencia. 

Tras esas críticas, arremetió contra la atención médica recibida en un primer momento. "Primero me llamaron del geriátrico para decirme que le habían dado cuatro puntos y que volvía al centro, y unas horas más tarde me dijeron que iba camino del Hula muy grave", denunció. En ese sentido, explicó que su padre, tras regresar al geriátrico, tuvo que ser llevado de nuevo al hospital al sufrir vómitos y fuertes dolores, y desde allí lo derivaron a Lugo. "Me dijeron que tenía una fractura de cráneo, con el parietal hundido, y lo operaron el miércoles de un hematoma cerebral. Ahora está consciente y parece que estable, pero hay que esperar a ver cómo evoluciona y si le quedan secuelas", señaló. Como no entiende que tras la agresión su padre llegase al hospital burelés y lo mandasen para casa, se propone reunir todos los informes médicos para ver si hubo una atención negligente, en cuyo caso no descarta emprender acciones legales. Además, este jueves estaba consultando si ella misma podía ampliar la denuncia o si debe ser él quien denuncie las consecuencias finales de la agresión.

Por último, María José censuró que el agresor siguiese en el geriátrico: "La directora me dijo que ese señor firmó una petición de traslado, pero ayer -por el miércoles- seguía allí. ¿Y si le pega a otros residentes? Tienen derecho a estar seguros", sostiene.

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