El amor-odio de Ribadeo y Castropol

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«Hai que ter unha elegancia nesta vida, todos estamos na política, uns defendemos unhas siglas e outros outras, pero entre todos debe existir unha relación de boa veciñanza e desde logo vexo moi mala fe que para botar unha cortina de fume nos problemas que poida ter Castropol o seu alcalde lle bote a culpa de todo a Ribadeo». Estas declaraciones textuales del alcalde de Ribadeo, el nacionalista Fernando Suárez Barcia, hablan por sí solas del pésimo momento que atraviesan las relaciones entre estos dos municipios vecinos, el gallego de Ribadeo y el asturiano de Castropol, el socialista José Ángel Pérez.

El último desencuentro viene apenas de la semana pasada y saltó cuando Castropol se negó a continuar abonando el coste de la iluminación del puente de los Santos esgrimiendo su regidor que Ribadeo no pagaba hacía años y que debía tramitar el municipio gallego que fuese Fomento quien asumiera el coste de dichas farolas. El alcalde de Ribadeo dijo que efectivamente Fomento tiene que pagar, pero que tenía que haber sido Castropol hace ya años quien cursara la petición como responsable desde 1987 de las cuentas relacionadas con ese servicio fundamental.

El tira y afloja entre los dos alcaldes viene de viejo y lo cierto es que el alcalde de Castropol no es de los que se muerden la lengua: «El polígono industrial de Ribadeo es inútil», dijo en una ocasión, «porque llega tarde. Hace años que funciona el nuestro en Castropol. Iniciamos su tercera fase y el de Ribadeo ya no tiene sentido».

La cosa sentó muy mal en su momento en Ribadeo, donde Suárez Barcia reconoce que «sempre nos uniu unha boa relación coa xente de Castropol», pero duda de su regidor: «Eu non sei se o alcalde de Castropol ás veces ten enquina e tenta desviar a atención dos problemas que ten na súa casa culpabilizando sempre a Ribadeo».

Otro problema grave surgió cuando, en plena guerra en Ribadeo entre el Concello y los feriantes de los miércoles por el cobro del mercado, el alcalde asturiano echó el anzuelo y montó su propio mercado el mismo día que el de Ribadeo y además no se anduvo con chiquitas: «Aquí no habrá problemas y vendrá toda la gente que ya que no quiere ir a Ribadeo». Esa jugada le salió mal porque el mercado ribadense incluso se fortaleció desde entonces con más puestos, pero sus intenciones habían quedado claras y la mecha estaba prendida.

Nomenclatura

Y qué decir del nombre de la ría. Ría de Ribadeo versus Ría del Eo. Un enfrentamiento clásico en el que, a pesar de que la Comisión de Toponimia del Ministerio de Fomento ya se pronunció dejando claro que Ría de Ribadeo es el topónimo correcto, en Asturias siguen haciendo oídos sordos e incluso utilizaron fondos públicos de la reserva de la biosfera, donde también está Ribadeo, para construir un centro de interpretación del estuario al que le pusieron ‘Ría del Eo’. En Ribadeo, la oposición le reclama habitualmente a Suárez Barcia más mano dura con este asunto.

Nada de esto está resuelto. Ribadeo y Castropol están condenados a entenderse. Comparten recursos de todo tipo, planes interautonómicos y una ría que es de todos, aunque también es cierto que desde la orilla gallega se mira con recelo la intención de hacer un gran puerto deportivo en Castropol para competir con Ribadeo, idea de momento aparcada por la crisis. Por ahora, lo de pagar las luces del puente está sin resolver. Suárez Barcia pide a Pérez que inste inmediatamente a Fomento a asumir ese gasto.

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