El fiscal rebaja su solicitud de pena de cárcel por el crimen del congelador

La solicitud pasa de 16 a 12 años y medio. El acusado, que el lunes reconoció los hechos, pidió "perdón" a los familiares de la víctima

El juicio contra un súbdito paraguayo acusado de matar y descuartizar a un narcotraficante en Ponteareas concluyó este martes en la Audiencia de Pontevedra a la espera del veredicto del jurado, que será emitido el miércoles. La vista oral se cerró con la redacción de un nuevo escrito de acusación por parte del fiscal, con el que estuvieron de acuerdo la defensa y la acusación particular, que incluye una rebaja en la pena para el acusado de los 16 años de cárcel que pedía inicialmente a los 12 y medio que solicita ahora. El Ministerio Público califica el crimen como un homicidio y no como un asesinato al entender que no existió alevosía.

José Antonio Frutos Ayala, acusado de matar y descuartizar a un narcotraficante venezolano en un piso de Ponteareas, pidió perdón a la familia de la víctima este martes en la segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia de Pontevedra. "Siento lo que ha pasado. Lo siento mucho", indicó el ciudadano paraguayo, que el lunes evidenció ante el tribunal que tiene un plan para evitar una larga estancia en prisión. 

PRIMER DÍA DE JUICIO. Frutos Ayala había reconocido en la primera jornada de la vista oral que acabó con la vida del que era su amigo en el marco de una discusión, pero dejó bien claro que la muerte se produjo por un impacto fortuito de la víctima contra la esquina de una cama en el transcurso del altercado. Frutos Ayala, investigado también por figurar como testaferro al frente de empresas constructoras (se le vinculó con la conocida firma pontevedresa Gómez Bodaño), habría alcanzado un acuerdo con la Fiscalía y con la acusación particular (que defiende los intereses de la familia de Jesús Isasis, el fallecido) con la idea de, previa confesión de parte de los hechos que se le atribuyen, obtener una importante reducción en su condena.

El representante del Ministerio Público dejó ya entrever este lunes la existencia del mencionado pacto entre las partes y señaló sus intenciones: renunciar a la gran mayoría de las pruebas testificales y periciales propuestas. Contaba con la confesión del investigado como baluarte, si bien su declaración fue ciertamente contradictoria.

El interrogatorio al acusado pareció más bien un relato de hechos por parte del fiscal al que Frutos Ayala respondía con monosílabos. Así, reconoció que conocía a la víctima y que el día de los hechos (el 22 de marzo de 2014) inició con él "una fuerte discusión", en el marco de la que "le di un empujón, el cayó y se golpeó la cabeza con el borde de la cama". Respecto al resto de lesiones que, según los informes forenses, presentaba el fallecido, el procesado explicó que "le di los golpes para que él no sufriera, porque para mí ya estaba muerto".

Su testimonio concluyó reconociendo que ocultó el cuerpo, primero "en una habitación que tenía en el piso" y después en el arcón congelador, admitiendo que cortó el cadáver en trozos para poder introducirlo en el mismo.

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