Eireos muestra los rostros borrosos de lo cotidiano

Iago Eireos siente curiosidad por todas las personas con las que se cruza por la calle, por sus historias y sus sentimientos, y decidió retratarlos en la muestra 'La barba del vecino', un despliegue de medio centenar de retratos fotográficos pintados, que inauguró este jueves en la capilla de Santa María de Lugo. La exposición, que fue abierta por el presidente de la Diputación, José Ramón Gómez Besteiro, podrá visitarse hasta el 31 de enero.

Eireos comenta que esta exposición está formada por dos líneas de trabajo que se entrecruzaron: una son mendigos de Lugo y Pontevedra, y la otra procede del archivo de un fotógrafo popular que se jubiló. Las primeras son cuatro retratos que dominan la muestra pues están colgados a unos tres metros del suelo y tienen dimensiones de dos metros por dos.

Hay un vagabundo francés, un chaval gitano que vaga en bicicleta y un hombre de mediana edad con los que el artista dio en Lugo. De Pontevedra procede 'La mujer sapo', una sin techo con ojos hinchados y la cara colorada en verde. Esa obra le valió el premio de Nuevos Valores José Fernández López, que le entregaron en Pontevedra.

Anonimato
El otro trabajo sobre el anonimato que habita las calles es la serie de retratos de caras sobre las que Eireos pintó agrupándolas para esta muestra en siete series en razón a los colores que utiliza; de este modo, "hay un políptico de obras en negros y grises, y otra que está entre los azules y los colores fríos". El creador muestra las imágenes emborronadas con rasgos llenos de energía y ritmo que buscan deformarlos "hasta que se hacen irreconocibles como metáfora y representación de cientos de personas, historias y realidades que pasan desapercibidas para nosotros".

"Este estudio muestra no sólo un ejercicio de representación plástica, sino un documento etnográfico de la sociedad actual, una visión directa de la crudeza de la calle", argumenta Eireos.

El fundamento de esta visión está en los cambios que se produjeron en nuestro aspecto, por lo que "los rostros que vemos en las fotografías antiguas distan mucho de lo que hoy estamos acostumbrados a ver y, en períodos cortos de tiempo, las etnias se mezclaron en nuestro planeta como nunca antes lo habían hecho".

BlackBox300, nueva mirada fotográfica
Iago Eireos segue investigando otros campos de la fotografía. Uno de los últimos frutos de ese interés por variar el rumbo realista que tiene ese arte desde el principio fue BlackBox300. La experiencia estaba protagonizada por 300 botes con cámaras desechables en su interior. El artista usó la técnica de la liberación de libros para desarrollarla: fue abandonando las latas amarillas en los lugares más variados de Lugo y de localidades valencianas. Se trataba de que las personas que encontraran cada lata hicieran uso de la cámara y se la remitieran nuevamente a Iago Eireos.

La cámara iba acompañada por una encuesta con una serie de preguntas sobre gustos y aficiones personales para que el creador pudiera hacerse una idea de los anónimos que participaron en su proyecto.

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