La Consellería de Educación no inició todavía el protocolo para el control del absentismo escolar en el colegio Vicente Casabella de Ourol al considerar que el número de faltas de asistencia a clase sin justificar por parte de los alumnos todavía no es superior al 10% del horario lectivo del mes, límite con el que se activa este mecanismo que tiene como objetivo garantizar el derecho a la educación de los menores.
Sin embargo, la puesta en marcha de este protocolo, que se inicia desde el propio centro, es una posibilidad que sigue en el aire si los padres de los once alumnos del colegio mantienen su decisión de no enviarlos a clase, algo que hacen como forma de protesta ante el recorte de un profesor a tiempo completo. La activación de este mecanismo se inicia con el envío de una carta a los tutores por parte del centro en la que se les informa de la obligación de tener escolarizados a los niños. Si persiste esta situación los progenitores podrían enfrentarse a sanciones de hasta 6.000 euros.
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