''É un oficio bonito, pero xa traballei abondo, teño a venda apalabrada''

Darío Portela cumplió 65 años y, tras 16 conduciendo un taxi, consideró que era el momento de tomarse un descanso y decidió vender la licencia. En su caso no le resultó difícil porque hace años que tenía acordado el traspaso a un amigo. «Hai tempo que tíñamos falado que, o día que me retirara, se quedaría el co taxi. Falamos e entendémonos, así que non tiven que mirar nada», cuenta.

De precios, Darío prefiere no hablar, como casi todos sus compañeros. «Cada un fala segundo lle vai na feira. Xa sabes como di o refrán, do que se ve, a metade, e do que se oe, nada», dice.

Su amigo tiene empleo actualmente, por lo que no le urge el traspaso. A Darío tampoco, así que todavía no han puesto fecha para él, aunque será probablemente antes de que termine el año.

Este taxista se jubila de buena gana -«xa traballei abondo», dice-, aunque no está tan harto del oficio como algunos compañeros. «É un traballo bonito. Eu sempre me entendín ben coa xente, e a xente comigo. Hai que botarlle moitas horas, pero é entretido. A min, polo menos, sempre me gustou», cuenta Darío.

Luis Ferreira

Luis Ferreira cumplió también los 65 años y no le urge deshacerse del taxi, pero si tiene una buena oferta no descarta vender, dice.

Luis cuenta que hace tres o cuatro años hubo varias jubilaciones y las licencias se vendieron bien, pero la situación ha cambiado, afirma. Durante años como presidente del Radio Taxi, recibía constantemente consultas de gente interesada en comprar, algo que hoy no sucede, dice.

Comentarios