Dos rescates al límite otorgan el premio Polaris al Pesca 2 de la Xunta

Seis componentes de la tripulación del helicóptero del Gardacostas gallego reciben el prestigioso galardón en Montreal este sábado
David Abad, ante el helicóptero con base en Celeiro
photo_camera David Abad, ante el helicóptero con base en Celeiro

La tripulación del helicóptero Pesca 2, con base en Celeiro y dependiente del Servizo de Gardacostas de la Consellería de Mar, recibirá mañana en Montreal (Canadá) el prestigioso premio Polaris por dos rescates al límite. Se trata del máximo galardón de la aviación civil, que además por primera vez alcanza la tripulación de un helicóptero de salvamento marítimo.

Seis son los componentes del servicio que hicieron posibles las exitosas intervenciones para la evacuación de las tripulaciones del pesquero Gure Uxua y del mercante Modern Express. La distinción, que otorga la Federación Internacional de Pilotos de Líneas Aéreas (Ifalpa), fue concedida a propuesta del sindicato de pilotos Sepla por su labor en los rescates citados.

David Abad Copiloto del Pesca 2
"Un compañero dice que en el mar no hay gasolineras. Si te equivocas, acabas en el agua y generas otra emergencia»

Los galardonados son los pilotos Carlos Ferreira y Philippe André, los operadores de grúa Antonio López y Brian Chouza, el rescatador Daniel Fernández y el copiloto David Abad, quien cree que todos los servicios de salvamento merecen la distinción. Como curiosidad, Daniel y David coincidieron en ambas misiones. Abad considera que «es un reconocimiento colectivo al servicio», que demuestra que «estamos a la altura de cualquiera de todo el mundo, con nuestros medios y profesionales como la copa de un pino. Estoy orgulloso de pertenecer a este equipo», recalca el copiloto.

David Abad destaca la importancia del entrenamiento para que todo salga bien. Reconoce que es un servicio muy costoso, pero «actuamos en situaciones de último recurso y cuánto vale la vida de una persona en el mar, cuánto aguanta», se pregunta antes de recordar que se trata de un servicio público, para el que «Xunta y Salvamento tienen unos presupuestos y con ellos debemos tener la mejor cualificación posible». El copiloto señala que tras guardias diarias de doce horas, durante 15 días seguidos y otros 15 de descanso, «por el tono de voz ya sabemos si uno está cómodo y si calla sabemos qué está pasando», apunta.

LAS MISIONES. Los operativos premiados se desarrollaron en dos años diferentes. El 3 de febrero pasado, una alerta activó el servicio: «Misión!», gritó el comandante. Los pilotos enfundaron los trajes de supervivencia, otros compañeros colocaron el helicóptero en la plataforma. Conocen los datos: Hundimiento con doce marineros a bordo al norte de Navia. Es el Gure Uxua. Revisan la situación de la mar, los vientos, el parte meteorológico y salen con el Pesca 2 preparado para ese peso y distancia, menos de 60 millas.

 "Nuestro objetivo es sacar a la persona lo más rápido posible, pero si está muerta solo podemos recuperar el cuerpo"

En ocho minutos están en el aire y llegan muy rápido al punto del naufragio, debido al viento favorable del suroeste. El barco no aparece, pero avistan una balsa. Está vacía, giran y a lo lejos ven una bengala. «Las olas eran tan grandes que no se veía», se acercan y hallan a la tripulación en la obra balsa. «Bajamos a Daniel, nada unos metros, ve que todos están bien, con mucho frío» e izan a cinco y después al rescatador. La operación se desarrolla entre olas de ocho y once metros, como un edificio de cuatro plantas. «No te puedes acercar mucho para que no te golpee, hay que mantener la distancia de seguridad», explica.

El helicóptero despega con hasta 11.700 libras y el peso del combustible que gasta en el trayecto es el que puede subir. Para el Modern Express -26 de enero de 2016- tuvo que salir a tope de carga por la distancia y el viento, de 50 nudos; mayor del pronosticado, 35. Evacuaron a seis tripulantes frente a cuatro solicitados al inicio. «Esperando a que el Helimer izase a 16 consumimos combustible para evacuar a los seis. Hubo que hilar muy fino porque, como dijo un compañero, aquí no hay gasolineras. Si te equivocas, acabas en el agua y generas otra emergencia». Abad añade que Daniel se movió «como un gato» por la cubierta del buque, con 40 grados de escora.

Los guardacostas solo piensan en «hacer todo de libro, pero a veces cuando llegas la persona ha fallecido o está muy mal, pero tú lo has dado todo. Nuestro objetivo es sacar a la persona en peligro lo más rápido posible, pero si está muerta ya no podemos hacer más que recuperar el cuerpo. Es duro, pero no piensas en eso».

Cada misión es distinta, pero la prioridad es siempre la seguridad de la tripulación. «Evalúas la situación y buscas la manera más segura para todos. No hay dos rescates iguales, por eso hay que entrenar en días malos y distintas situaciones».

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