Dos gallegos en Sitges

El anuncio, por parte de Rajoy, de medidas para apoyar el crecimiento se produjo en la reunión del empresariado catalán, del Cercle d'Économia, en Sitges. El Cercle o Círculo es el mayor representante de la burguesía catalana, en una concepción más amplia que la de empresario, con sensibilidades políticas plurales, partidarios de la negociación y preocupados por lo que pudiera ser una opción del Gobierno de no tomar decisiones sobre la cuestión catalana. Es lo que se entiende por sociedad civil activa y con voluntad de influir. No hay por aquí nada parecido. Dos gallegos ocupaban la mesa a la que atendía la selecta audiencia: el presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, de Pontevedra, y el presidente del Cecle, el profesor Antón Costas, de Vigo. De ahí, de las preguntas que planteó Costas a Rajoy salió la esperanza de que exista un resquicio para la negociación y el acuerdo en el problema catalán. Esa vía es la que desea la mayoría del empresariado catalán y es en la que, según medios catalanes, trabaja el Cercle, con el profesor Costas en la presidencia y con otro gallego. de Chantada, muy activo en la directiva, Amancio López, presidente de Hotusa, figura destacada entre los empresarios de Cataluña. Un papel activo de ilustres gallegos para que el choque de trenes no se produzca en Cataluña. Un choque que, en versión de Rajoy, se da cuando uno viaja por la vía equivocada, se entiende que Artur Mas, pero con una novedad que obtuvo Costas: «estoy dispuesto a hablar, pero dentro de la ley y con una total transparencia». El gallego Antón Costas recogió para sorpresa de casi todos, según las crónicas, un largo y fuerte aplauso de la audiencia catalana, después de que el catedrático de Economía que salió de Vigo lograse sacarle al pontevedrés que preside el Gobierno que está dispuesto a oír propuestas concretas y, en lo que todos interpretaron, que cabe reformar la Constitución.

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