Dos arqueólogos ven improbable que Roma usara oro en As Catedrais

El reputado geólogo Vidal Romaní, que visitó hace un mes la playa junto a miembros de Adega, niega la existencia de "vetas auríferas"
Vetas doradas en las rocas de As Catedrais
photo_camera Vetas doradas en las rocas de As Catedrais

Dos arqueólogos y un geólogo instan a la ciudadanía a "no echar las campanas al vuelo" con la hipótesis de que As Catedrais albergó una mina de oro romana, porque lo ven altamente improbable. "No hay ninguna evidencia de la acción del hombre relacionada con la extracción del mineral en estas rocas. Son ‘furnas’ o grutas excavadas por el mar". Así lo señaló este martes Luis Francisco López -que incoó en 2007 el expediente para declarar Bienes de Interés Cultural, 20 castros, entre ellos el de Fazouro y el lucense de Viladonga- . En la misma idea ahonda Brais Currás, también especialista en yacimientos auríferos romanos, que trabaja en el grupo de investigación, Estructura Social y Territorio-Arqueología del Paisaje, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Tampoco aprecia la existencia de vetas auríferas en el enclave el geomorfólogo Juan Ramón Vidal Romaní. Este reputado especialista del Instituto Universitario de Xeoloxía Isidro Parga Pondal estuvo hace un mes en el arenal, junto a Fins Eirexas, del colectivo ecologista Adega, entre otros. Entonces, les informó sobre que: "No son vetas auríferas. El oro aparece en cristales de pirita, en sulfuros y no estoy seguro de que en este enclave las haya. Lo que hay en esas rocas es pizarra con cuarcita y aunque a veces puede haber oro en el cuarzo, lo veo en este caso como una posibilidad muy remota".

Añade que además, "los romanos eran muy prácticos y solían ir adonde ya estaba separado el oro, es decir, a los aluviales de los ríos. Por eso una mina de oro romana sí la ha habido en la desembocadura del Masma hacia Foz o en el cauce alto del Eo". Remite al trabajo del ingeniero y geólogo alemán Guillermo Schulz que estuvo precisamente por A Mariña, residiendo un tiempo en Ribadeo y que elaboró, hacia 1834, el primer mapa geológico de España. "Hizo crisoles y fundía. Buscaba sulfuros en el Río Torto, así que si él, que fue tan concienzudo en su búsqueda, no habló para nada de As Catedrais y sí de la parte alta del Eo, será por algo", opina.

Currás asegura: "Como arqueólogo especializado en mineiría aurífera, As Catedrais non ten nada que ver cunha mina romana en rocha e dende logo, non hai pegadas antrópicas, como si as hai en Tapia. Non hai unha evidencia sólida que permita sequera pensar na hipótese de que as formacións xeolóxicas do areal se poidan corresponder cunha explotación así. Ademais non precisaban canles de auga coas que evacuar os estériles, para traballar nas rochas".

Los sistemas de teledetección y de imágenes en 3D tampoco lo han acreditado hasta el momento, señalan. López advierte de que Roma no solía concentrarse en filones tan pequeños, aunque no descarta del todo que realizasen "algún trabajo puntual en cualquier lugar de un litoral aurífero como el del noroeste" .

En lo que sí están de acuerdo los arqueólogos consultados es en que "está claro que nesa franxa costeira houbo asentamentos romanos, como constatan os achados dos castros que hai ata o das Grobas".

CHARLA. Bajo el título '‘As Catedrais, tamén xacemento arqueolóxico'’, MariñaPatrimonio y otros colectivos como el anfitrión Francisco Lanza, invitan a asistir a una charla este jueves, a las ocho y media, en la Casa das Letras. El 22 también recorrerán la costa.

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