La Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia envió ayer a dos arqueólogos subacuáticos a la playa barreirense de Acantilado-Remior para recoger muestras del pecio aparecido en el arenal. Sin embargo, la jornada no fue del todo fructífera, pues los expertos comprobaron que el agua se había llevado mar adentro la mayoría de los vestigios y sólo pudieron recuperar una decena de las maderas que podrían formar parte del barco.
Los especialistas explicaban que aunque la Dirección Xeral de Patrimonio tuvo constancia anteayer, a través de una fotografía aportada por un particular, de la aparición de estos restos, «no se sabe a ciencia cierta en que momento preciso fue hecha dicha imagen. En ella se distinguía perfectamente la parte de abajo de un buque, pero puede que esos vestigios apareciesen tiempo atrás con las mareas vivas y por ese motivo ahora ya no están», explicaban.
No obstante, los arqueólogos subacuáticos inspeccionaron durante todo el día la arena de la playa y bucearon en la orilla para lograr encontrar la máxima cantidad de restos posible. «Hemos encontrado una decena de restos de los que hemos sacado muestra para analizarlos en profundidad», comentaban.
«A simple vista y con vestigios tan deteriorados y esparcidos es totalmente imposible determinar o valorar nada. Tendremos que estudiar minuciosamente todas las muestras y ya podremos sacar las conclusiones pertinentes», puntualizaban. Por tanto, por el momento, sólo cabe esperar estos resultados para saber si nos encontramos ante una gran reliquia.
«Nos encargaremos de comprobar el pecio, determinar su antigüedad, documentar los restos y hacer una evaluación de su estado», precisaban.
Además, los especialistas adelantaban que probablemente tengan que volver a la playa barreirense cuando las mareas estean más bajas para inspeccionar de nuevo la playa en profundidad y lograr encontrar nuevas pistas, aunque explicaban que «esto es una decisión que debe de tomar la Dirección Xeral de Patrimonio que es el organismo que nos ha contratado».
«Los restos del barco podrían encontrarse en cualquier parte: mar adentro, debajo de la arena, en cualquier punto de la playa... Se trata de una labor complicada que hay que hacer minuciosamente, pues cada pequeño trocito puede proporcionarnos información muy reveladora que debemos de recopilar y estudiar en profundidad», concluyeron.
