«Dominar la oratoria no es complicado»

El abogado vilalbés Daniel Formoso Vérez descubrió de casualidad las posibilidades que ofrece el mundo de la comunicación social y ver las carencias que había en su ámbito profesional lo animó a crear la asesoría Habla en Público.Net, a través de la que da cursos de oratoria para abogados por toda España.
Daniel Formoso, en su despacho de Vilalba
photo_camera Daniel Formoso, en su despacho de Vilalba

Con más de 20 años de experiencia profesional, el abogado vilalbés Daniel Formoso -con un máster en Habilidades para el ejercicio de la abogacía por el Instituto Superior de Economía y Derecho de Madrid y especialista en Oratoria y comunicación con PNL e inteligencia emocional por la Escuela Europea de Oratoria- recorre España ofreciendo formación a compañeros y de profesión y otros profesionales sobre cómo hablar en público a través de la asesoría Habla en Público.Net.

¿Cómo surgió su interés por especializase en la formación en oratoria?

Por la inquietud, al acabar la carrera, de mejorar las prestaciones tanto en la preparación de juicios como en sala. Lamentablemente, solo encontré dicha formación hace ocho años a través  de un curso de oratoria para abogados impartido en Madrid por un profesor de la Universidad de Nueva York. Me apunté y bajo su tutela comencé a formarme. Fue un auténtico descubrimiento.

¿Qué fue lo que más le sorprendió cuando se inició en este mundo?

Sobre todo dos cosas: una desagradable, comprobar que a pesar de mi experiencia de más de quince años litigando en tribunales, y en contra de lo que creía, tenía muchísimas carencias a la hora de poner en práctica las técnicas para el ejercicio de la profesión (preparación del juicio, exposición  del alegato en sala, interrogatorios, etc). Y otra enormemente positiva, descubrir  un mundo maravilloso, el de las habilidades, que permite a cualquier abogado realizar un excelente trabajo conociendo y poniendo en práctica una serie de técnicas.

¿Qué carencias nota al respecto en el mundo de la abogacía?

En materia de habilidades, todas, porque no se enseñan. En España, las facultades de Derecho forman licenciados en Derecho, no abogados, pues solo imparten conocimientos cognitivos, basados en comprender, memorizar y retener, eludiendo el de las habilidades necesarias para ejercer la abogacía. Por eso es frecuente ver en los juzgados una enfermedad, 'la incapacidad profesional transitoria', que consiste en que compañeros con muchísimos conocimientos jurídicos y técnicamente muy profesionales aparentan lo contrario en sala y rinden muy por debajo de sus posibilidades al no haberles enseñado nadie a controlar los nervios ni a dominar las técnicas que les van a permitir realizar su trabajo con seguridad y eficacia.

"En España, las facultades de Derecho forman licenciados, no abogados"

Decidió crear, junto a dos socios, una asesoría para dar cursos de oratoria, comunicación y habilidades. ¿Cómo fueron los primeros pasos? ¿En qué punto se encuentran ahora?.

En mi proceso de formación coincidí con dos compañeros, Jaime Ferreira Siles, de Jaén, y Carlos Villadangos Alonso, de Bilbao, que compartían las mismas  inquietudes. El hecho de que nuestra experiencia formativa fuese tan positiva y la ausencia total de este tipo de docencia nos animó a compartir los conocimientos adquiridos con otros compañeros. Empezamos en Vigo y, gracias al boca a boca, ya estamos impartiendo nuestros cursos por colegios de abogados y colegios profesionales de toda España: Pontevedra, Salamanca, Madrid, Ponferrada, Logroño, León, Granada, etc.

¿Qué acogida tienen las sesiones?

Excelente. Cuando la gente conoce técnicas que le van a ayudar a mejorar su eficacia en el ámbito profesional, las pone en práctica y comprueba in situ sus beneficios, la respuesta es óptima y quiere más. Si además el aprendizaje es ameno, la fórmula es infalible.

¿En qué se centran estas?

Cualquier abogado o profesional que quiera comunicar tiene que dominar tres aspectos: el mensaje (qué decir y cómo prepararlo), la comunicación (cómo exponerlo a través del lenguaje verbal y no verbal) y la empatía (cómo lograr que el mensaje llegue con la máxima eficacia al juez o receptor). No debemos olvidar que las personas procesamos la información que recibimos por tres conductos: a través de la vista (personas visuales), a través del oído (auditivas) o a través de las sensaciones o sentimientos (kinestésicas), por lo que si queremos ser eficaces debemos adaptarnos al perfil del receptor y hablar en su misma frecuencia. Las sesiones del curso se centran en trabajar y dominar estos tres aspectos, reforzando los conocimientos con técnicas teatrales o de programación neurolingüística, por poner un ejemplo.

¿Cuáles son las ideas principales que intentan transmitir?

Básicamente tres. La primera es que somos abogados pero, ante todo, somos personas, por lo que debemos crecer desde el aspecto humano, no económico o material. La segunda es que debemos ser humildes, pues solo desde la humildad de reconocer que nos queda mucho por aprender potenciaremos la inquietud de leer libros o acudir a cursos, lo que nos hará mejorar. Y la tercera es que cualquier persona, cualquiera, puede convertirse en un excelente abogado o profesional conociendo y dominando las técnicas de habilidades necesarias para ello, lo cual no es en absoluto complicado.

"Para el juez, el mejor abogado no es el que más habla, sino el que mejor lo hace en el menor tiempo posible"

¿Qué importancia tiene una buena exposición oral en el desarrollo de un juicio?

Es obvio que ni la mejor oratoria puede tumbar una prueba plena, pero este no suele ser el escenario habitual durante un juicio y en caso de igualdad, que es lo más frecuente, ganará la batalla la dialéctica, la exposición que se realice en sala, pues los juicios son como representaciones teatrales. Si vas al teatro, comienzas a ver la obra sin conocer nada de ella y todo lo que sabrás al final será lo que el director te presente. Un juicio es igual. El juez nunca verá suceder la verdad, lo que ocurrió realmente. Oirá hablar de ella pero lo que verá será un juicio-representación y adoptará su decisión en base a esa representación. Por eso, para los directores de teatro el modo de representar algo es tan o más importante que el contenido de lo que representas. Para los abogados debería ser igual, pero por desgracia olvidamos que lo realmente importante es lo que el juez ve en sala y no lo que el abogado sabe antes del juicio.

¿Qué espera un juez que le cuente un abogado?

Debido a su carga de trabajo, que es brutal, pues celebran muchos juicios al día, lo que esperan los jueces de los abogados es que les facilitemos el trabajo. Para ello, debemos ser concisos y precisos, no repetir los escritos de demanda y contestación, y centrarnos solo en los hechos controvertidos y su relación  con la prueba practicada.  El mejor abogado no es el que más habla sino el que mejor lo hace en el menor tiempo posible.

¿A usted le sirvió esta formación para mejorar a nivel profesional?

En un 100%. De nada sirve tener conocimientos si no los sabes transmitir.

También dan cursos para profesionales. ¿En que más ámbitos es importante saber hablar en público?.

En todos, pues desde que nacemos básicamente hacemos tres cosas: comunicar, negociar y relacionarnos. Además de a abogados, hemos dado cursos a ingenieros, arquitectos, docentes, estudiantes o incluso políticos.

¿Se pueden aplicar estos conocimientos de oratoria en la vida diaria?

No solo se puede sino que se debe si quieres que tu eficacia, ya sea a nivel personal o profesional, aumente exponencialmente. Me acuerdo de un profesor que decía “no hay conocimiento que supere a un contacto” y es verdad. Si queremos conseguir más clientes o determinados objetivos, debemos tener 'talento relacional' y para ello hay que dominar el arte de la comunicación, lo cual nos permitirá invertir en adquirir y conservar las mejores relaciones de calidad posibles.

¿Saber comunicar con eficacia tiene más parte emocional o racional?

Hay una oratoria procesal (para profesionales del derecho) y una oratoria convencional (para cualquier otro profesional). La oratoria procesal es diferente y más complicada que la oratoria convencional, pues mientras un orador convencional mantiene una posición de dominio sobre el auditorio, en sala el que domina es el juez y el abogado se enfrenta además a otro compañero que sabe tanto o más que el. En la oratoria procesal existe una persuasión directa, que son argumentos apoyados en pruebas y preceptos legales, y una persuasión indirecta, basada en argumentos emocionales. Al juez lógicamente se le convence con persuasión directa aunque lo ideal es aunar ambas y 'probar con emoción'. El motivo: si hablas a la inteligencia provocas un pensamiento, pero si hablas a la emoción provocas una reacción, y eso es lo que buscan la mayor parte de los mensajes.

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