Dignidad e igualdad en 60 años

Ya hace 60 años, tras la 2ª guerra mundial, que los seres humanos comprendieron que sólo basándose en la plena igualdad el mundo sería mejor y quizás así se evitarían las tragedias humanas que lo habían sacudido. Elaboraron una Carta de Derechos Humanos, proclamando los principios básicos que deberían de enseñarse y difundirse entre todos los pueblos.

Movidos por el deseo de alcanzar la igualdad y la dignidad de los seres humanos plasmaron en 30 artículos los derechos fundamentales que a todos deberían de reconocerse y respetar: libertad, justicia, paz, igualdad entre hombre y mujer, la no distinción por raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o cualquier otra, la erradicación de la esclavitud, la tortura, el trato cruel e inhumano y la arbitrariedad, el principio de inocencia, de libertad de pensamiento conciencia, opinión, el derecho al trabajo, al descanso, al seguro de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez o pérdida de medios de subsistencia y, como no, el derecho a la educación gratuita, todo ello para evitar las barbarie y dignificar al ser humano.

Pues bien, la difusión de los derechos no ha alcanzado a todos los seres humanos, porque hay muchos gobiernos interesados en que su ignorancia dure eternamente, para manejarlos e impedirles que puedan rebelarse contra la tiranía y la opresión. Todavía hoy hay seres humanos que desconocen la existencia de la igualdad de hombres y mujeres, la libertad religiosa o política, y cualquiera de los otros derechos; los hay que viven sometidos continuamente a tratos inhumanos (Guantánamo, Irak, Afganistán, Países Árabes, África…) que trabajan sin ser remunerados o escasamente y no tienen a cambio ningún derecho ni protección.

Nosotros tenemos suerte y, aunque queda mucho por hacer, esos derechos no nos son ajenos, por eso debemos difundirlos y exigir que todos los gobiernos los pongan en práctica como única bandera de la dignidad y la igualdad de los seres humanos.

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