Díaz dice que Age "goza de buena salud", aunque miembros del grupo dan por hecho que perderán otro escaño

La número cinco de la coalición, vinculada a Cerna, esperará a que Yolanda Díaz renuncie a su acta en el Parlamento gallego para tomar una decisión sobre su futuro

La número dos de Age, Yolanda Díaz, ha afirmado este lunes que la coalición "goza de buena salud" al ser preguntada por la situación en la que queda el grupo parlamentario tras su marcha al Congreso. 

Díaz ha enfatizado que Age es "una herramienta, nada más". "Las derechas y los poderes económicos saben muy bien los que somos los que cuestionamos este régimen, da igual como nos llamemos", ha sentenciado. 

Sin embargo otros miembros de la coalición ya dan por hecho que si Mónica Fernández -número cinco de la lista de Age al Parlamento- accede a la Cámara supondrá la pérdida de un diputado en favor del grupo Mixto.

En este sentido, fuentes de Cerna han explicado que Mónica Fernández esperará a que Yolanda Díaz renuncie a su acta del Parlamento para adoptar una decesión sobre su futuro. Mónica Fernández está vinculada a Cerna, grupo político que se escindió de Anova y que ya cuenta con una parlamentaria en el grupo Mixto, Consuelo Martínez.

Actualmente Age cuenta con siete diputados -de los nueve que obtuvo en las pasadas elecciones autonómicas-, pero podría quedarse con seis con la marcha de Yolanda Díaz. 

La primera crisis de Age se vivió cuando David Fernández Calviño aceptó una beca científica y renunció a su acta como diputado, lo que, según el acuerdo de la coalición, supondría que se correría un puesto en la lista para mantener la proporcionalidad entre Anova y Esquerda Unida salida de las urnas. Sin embargo, la diputada Carmen Iglesias siempre negó conocer ese acuerdo y tomó posesión de su escaño, si bien acabó por inscribirse en el grupo Mixto y fue expulsada de Esquerda Unida.

Por su parte, Consuelo Martínez dejó Age después de las discrepancias internas en Anova con la decisión de acudir a las europeas en alianza con Izquierda Unida, una postura que fue impulsada por el propio Xosé Manuel Beiras y que supuso una coalición técnica que llevó, finalmente, a la labriega Lidia Senra a la Eurocámara. 

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