Días de penitencia

El presidente de Galicia dice que el PP debe pedir perdón a los ciudadanos por el caso Bárcenas. Es una posición para recuperar la conexión con la ciudadanía y que entiende la política como un servicio. En estos días santos, en los que ya no habrá por la crisis y el clima la gran escapada, encajaría una expresión de penitencia en forma de petición de perdón por el gran, -en profundidad y extensión-, escándalo de la corrupción. Y expresar propósito de vigilar y expulsar de las organizaciones políticas a quienes buscan el enriquecimiento fácil y rápido y no el servicio a sus conciudadanos. Hay que detenerse a reflexionar en la percepción de la corrupción por las noticias que en un mismo día llegan: además del culebrón Bárcenas; Andalucía, que ya es escándalo y sinvergüencería al máximo y quiebra del sistema de confianza; Cataluña, aunque se tiña de nacionalismo y en versión hereditaria; Fabra al que finalmente lo veremos en el juzgado; las indemnizaciones laborales que reclaman o cobran al PP los implicados en la trama Gürtel... justificarían un acto colectivo de petición de perdón a la ciudadanía para reiniciar la vía de reencuentro entre la calle y la política, en la dignificación de la tarea pública. Sería algo así como lo que el exprimer ministro Sócrates pidió para Portugal la pasada semana: la relegitimación del sistema político. Se equivoca una vez más el ministro Wert, también fuera de su campo competencial, al denunciar una magnificación mediática y social de la corrupción en la política. Los primeros titulares de cada día en los últimos meses son de corrupción. Sucede mientras a los ciudadanos se les imponen sacrificios y se les recorta la calidad de vida. Harían bien los responsables de los partidos en enviar a la opinión pública un mensaje creíble de perdón y de relegitimación en la línea que proponen Feijóo y Sócrates.

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