La Guardia Civil detuvo en la madrugada de ayer a un vecino de O Carqueixo, en Lugo, como supuesto autor de un delito de robo con violencia e intimidación, tras ser perseguido y retenido por los propios dueños del establecimiento que pretendía robar.
Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 6.00 de la madrugada del jueves, cuando los propietarios del Hostal Terra Chá, que viven en el piso superior del restaurante, se despertaron al oír ruidos en su negocio, minutos antes de que saltara la alarma.
El dueño bajó y vio en las proximidades del bar a un intruso que «estaba intentando romper la caja registradora», que «probablemente estaba bloqueada porque la había arrancado», tras entrar en el local por un agujero que hizo al romper el cristal de la puerta de acceso al establecimiento.
El propietario del negocio y sus dos hijos iniciaron entonces una persecución del ladrón por las calles aledañas al local, ubicado en la calle Domingo Goás, hasta atraparlo minutos más tarde calles más arriba, concretamente en la Rúa Foz. Allí, lo retuvieron hasta que llegó la Guardia Civil, que «en este caso llegó muy pronto y eso es algo muy importante cuando se dan estas situaciones», destaca este vecino de Vilalba.
«Cuando llegamos a la altura del Bar Porrás lo perdimos, pero nos dividimos y fuimos cada uno por una calle hasta cogerlo», comenta el dueño del establecimiento, que relata que debido a los golpes recibidos por el autor de los hechos, que «trataba de escaparse», uno de sus hijos recibió asistencia médica en el PAC de la localidad, aunque asegura que las heridas no fueron graves.
El detenido, de 29 años de edad y cuyo nombre corresponde a las iniciales S.C.M., ha sido puesto a disposición del juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Vilalba.
5.000 euros
El responsable del Hostal Terra Chá de la capital chairega asegura que, pese a que el ladrón fue detenido y no se llevó nada, los desperfectos que causó en su establecimiento superan los 5.000 euros en total, entre el cristal roto de la puerta de entrada, la caja registradora, que ya no funciona, la llave de un coche y otros elementos.
UNA CARRERA DIFÍCIL
- «No me asusté, corrí sin pensarlo; iba hasta descalzo». El propietario del Hostal Terra Chá de Vilalba, José Grandío, asegura que no tuvo miedo y que tan sólo se dejó llevar por su instinto al darse cuenta de que alguien estaba intentando robarle. «No me asusté. Salté de la cama y salí así, sin pensar y a medio vestir, porque iba hasta descalzo para ver que pasaba, y cuando vi a alguien fuera intentando romper la máquina, lo seguí a pie», relata, mientras añade que pronto aparecieron sus hijos, que también se unieron a una persecución inesperada de madrugada por las calles de Vilalba. «Ellos son deportistas, corren más que yo, porque yo no lo daba cogido, siempre estábamos a la misma distancia», recuerda el hostelero.
- Colaboración vecinal. El dueño del establecimiento no se arrepiente de haber reaccionado así y subraya que debería haber más colaboración vecinal y una mentalidad cívica activa en casos como estos, para conseguir que los robos no queden impunes. «Llega un momento en el que se tienen que rendir, que entregar porque no pueden escapar si los sigues», dice.
