Del ''pacto do hotel'' al ''paripé''

Orozco escucha cariacontecido a Castiñeira antes de un pleno. Foto: PEPE TEJERO
photo_camera Orozco escucha cariacontecido a Castiñeira antes de un pleno. Foto: PEPE TEJERO

AUNQUE LA PATALETA que más se hace sentir durante las últimas semanas en los pasillos de la casa consistorial es la de los trabajadores de Urbaser con su empresa, en el grupo municipal del BNG llevan tiempo con ataque de cuernos por el pacto entre el PSOE y el PP para decidir la inversión de cerca de 13 millones de euros procedentes del remanente presupuestario, una negociación en la que los nacionalistas no quisieron ni entrar, en una estrategia difícil de entender en el ámbito de la política.

La portavoz nacionalista, Paz Abraira, lleva semanas reiterando con vehemencia en comparecencias ante la prensa que el acuerdo entre José López Orozco y Jaime Castiñeira forma parte del «paripé» que se traen los dos grandes partidos del panorama español desde que sintieron en las urnas la amenaza de los partidos minoritarios. Es decir, que mientras se lanzan dardos públicamente, por detrás negocian acuerdos tan trascendentales como pueden ser un cambio de rey o un paquete de inversiones.

El discurso crítico de Abraira es prácticamente el mismo que el utilizado a principio del mandato por los populares, cuando trataron de menospreciar el acuerdo de gobierno entre el PSOE y el BNG al definirlo como el «pacto do hotel», como si se tratara de una cita en el catre. Entonces, desde el PP se llegó a asegurar que Lugo tenía dos medios alcaldes, mientras que ahora son los nacionalistas los que creen que Orozco le ha cedido el bastón de mando a Castiñeira.

Y visto como se ha vendido el acuerdo de inversiones del remanente, hasta podría parecer que es así, ya que es el portavoz popular el único que está explicando al detalle cada una de las partidas presupuestarias o acuerdos pactados con el PSOE, mientras que el regidor socialista se mantiene en un discreto segundo plano. Claro que a nadie se les escapa que los ocho millones de euros que irán destinados a arreglos de calles y parroquias quien mejor los podrá rentabilizar al final del mandato será el gobierno municipal, por mucho que el PP se afane en explicarle al vecindario que fue idea suya tal o cual obra.

Los socialistas se plantarán así en las elecciones de mayo de 2015 con un presupuesto de inversiones ejecutado y un balance de gestión en el que nadie podrá discutir la capacidad de maniobra y negociación del alcalde, que inició su cuarto mandato con el apoyo incondicional del BNG y lo acabará con el respaldo tácito del PP. De lo que sí hay duda es de si Orozco querrá sacarle partido a los pactos presentando de nuevo candidatura o si, como hizo Rubalcaba, dará paso a los yogurines del partido.

El PSOE se resiente por la tensión entre UGT y el gobierno local

El PSOE afronta a nivel estatal un proceso casi de refundación que podría afectar al partido en Lugo, donde a pesar de haber vivido una renovación en los últimos años, también debería plantearse qué está haciendo mal para haber sufrido una importante pérdida de votos en las últimos procesos electorales. Pero si la caída de sufragios es un problema, no lo es menos la brecha abierta en el seno de la formación a cuenta de las tensiones entre el actual gobierno municipal y la UGT, sindicato que fue la cantera de la que tiró Orozco para elaborar sus listas electorales desde 1999.

El conflicto en Urbaser, donde tiene la mayoría de delegados el sindicato fundado por el Pablo Iglesias sin melena, es una buena prueba del mal rollo entre el alcalde y la central, cuyos dirigentes coreaban estos días a las puertas del consistorio el grito de «Orozco dimisión», al considerar que el regidor se puso de lado de la empresa desde el inicio de la huelga al decretar un 100% de servicios mínimos en Arde Lucus.

Pero las discrepancias con los ugetistas no solo se ciñen al problema de Urbaser, dado que la política de personal en el Concello fue llevada ante la Fiscalía por la Federación de Servicios Públicos del sindicato, cuyos delegados en la junta de personal volvieron a votar este jueves en la mesa de negociación contra el reglamento de segunda actividad de la Policía Local, cuya elaboración tuteló CSIF con el beneplácito del alcalde.

Aun así, Orozco trata de tender puentes con la organización hermana y hoy asiste en Santiago junto con el concejal de infraestructuras y exlíder provincial de la central, Manuel Chaín, al acto de inauguración del congreso constituyente de la Federación de Servizos para a Mobilidade e o Consumo de UGT-Galicia. Claro que, como diría el BNG, igual solo se trata de un «paripé».

(Publicado en la edición impresa el 28 de junio de 2014)

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