Decenas de feligreses envían misivas de apoyo al párroco que colgará los hábitos

La polémica en la que se vio envuelto el párroco José Emilio Silvaje, que ejerce en el arciprestazgo ribadense, tras la desaparición y posterior hallazgo de dos tallas del siglo XVI que albergaba la iglesia trabadense de Sante, repercute en muchos de sus feligreses, que están haciendo llegar a varios medios de comunicación misivas de apoyo al sacerdote, en las que se muestran indignados por el «ataque al honor y a la dignidad» que sufrió el afectado.

Los mensajes llegan incluso desde Ferrol, donde el joven sacerdote ejerció como vicario en la parroquia de Santo Domingo a lo largo de un año.

Allí, al menos dos firmantes, que hablan también en nombre de otros feligreses, quieren manifestar, a través de los medios de comunicación, «el cariño y la identificación plena» que le profesan a su «querido amigo José Emilio Silvaje, cuyo honor y dignidad están siendo puestos en entredicho estos días por algunas personas de Trabada, a raíz de la desaparición y posterior aparición de dos imágenes» del templo de Sante.

«Es un joven excepcional en el concepto moral y un sacerdote de profundas y sinceras convicciones cristianas, con amplios conocimientos de filosofía, teología, liturgia y Sagradas Escrituras, que llega al sacerdocio por sincera vocación y renuncia a un futuro prometedor por valía personal y posición familiar», subrayan en su carta estos feligreses.

«Durante su estancia en Ferrol, todos los feligreses de la parroquia fuimos testigos de su generosidad, por la que renunció a la mayor parte de lo que le correspondía por su labor sacerdotal y por la que realizó incluso aportaciones al patrimonio parroquial», insisten en señalar los firmantes, al corroborar que el párroco «ejercita la caridad con discrección y silencio».

La «airada reacción de un grupo de feligreses y su interés por lograr una máxima difusión en los medios de comunicación», les ha motivado, dicen, a formularse las siguientes preguntas sobre lo ocurrido: «¿Qué está pasando en la Iglesia para que un grupo de personas ataquen de esa manera a su pastor? ¿Dónde están las autoridades religiosas que debían tutelarlo, ampararlo y protegerlo ya que en último caso son responsables de su nombramiento?».

A pesar de su preocupación por lo sucedido, insisten en no querer «animar al ofendido a presentar denuncia», porque saben «que aunque estaría en su derecho, su capacidad de perdón y olvido se lo impedirían» y, en todo caso, optan por «manifestar de forma pública» su agradecimiento y comprensión al párroco, que pronto colgará los hábitos, por motivos de salud, ya que su marcha nada tiene que ver con lo ocurrido en Trabada.

A Devesa

Más de una decena de feligreses e integrantes del coro parroquial de A Devesa, en Ribadeo, formación que, como ellos recuerdan, «creó este párroco», también hicieron constar por escrito su apoyo al sacerdote, tras quedarse «sorprendidos por las noticias que aparecieron en los medios informativos, en los que ponen en tela de juicio el actuar» de su «querido párroco».

Insisten en el cariño que le profesan, puesto que «desde que llegó a A Devesa, no hace mucho, realizó mejoras en la iglesia con la colaboración vecinal, se restauraron imágenes y se preocupó siempre de los demás». Por ello, les extrañan «los ataques a una buena y competente persona como es él».

El Obispado continúa buscando un sustituto

El párroco José Emilio Silvaje volverá a Valencia, su tierra natal, próximamente por «motivos de salud». Sus feligreses, como los de A Devesa, destacan su «enorme capacidad de trabajo, ya que atendía a unas quince parroquias». Por ello, el Obispado de Mondoñedo-Ferrol continúa buscando a quien pueda sustituirle. Por lo pronto, un religioso de la zona de Abres comenzó a recorrer alguna de estas parroquias para orar, ya que por el momento, las misas ordinarias están suspendidas.

Agradecimiento

El propio párroco, José Emilio Silvaje, señalaba ayer, a través de un escrito, que «las apariciones y desapariciones de Trabada» le «llenaron de dolor, pero también de gozo por las muchas muestras de afecto» que ha recibido, desde que se desató la polémica sobre el templo de Sante.

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